𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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¿Quiénes son?

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Me baja con suavidad de la carreta, aquella que nos había llevado a nuestro destino, a uno frío e insensible. La mano de Eren me ayudó a bajarme, mi cuerpo y el suyo se pegaron, sintiendo el calor que provocaba su piel. Le sonreí de lado, sintiendo como se había tensado, pero la felicidad de mi rostro se esparció nuevamente en la tristeza cuando pude ver la mayoría de los soldados organizarse en filas, para así, guiar al montón de personas que se aproximaban para esta área segura. Me quede helada, viendo como cargaban sus pertenecientes, como en sus ojos e expresiones se veía el desespero, el miedo, un miedo que desconocía, pero que podía ver a través de ellos. Los niños se veían soñolientos, pero asustados, y no pude sentir como mi corazón se apretó. La felicidad de los niños en mi ciudad, se reflejó en mi mente. Corrían y jugaban libremente, no había manera de que alguien les detuviera, eran felices y parecían tenerlo todo. Mi tristeza me llevo a la realidad, viendo que estos niños, no tenían nada, ni siquiera la mitad de lo que yo pude haber tenido. Mis ojos estaban abiertos grandemente, como si me afectara cada mirada de esos pequeños.

Alce mi vista, y me acomode entre las personas, intentando de estar cerca de mis amigos, pero ellos parecían estar idos. Observe cómo Eren, Mikasa y Armin, les observaban, con tristeza, y entendí, entendí que así se veían ellos años atrás, cuando perdieron todo, cuando no tenían absolutamente nada. Vi cómo Eren cerró sus nudillos, como su impotencia volvió atacarle con enojo, sabiendo que no podía cambiar lo que estaba sucediendo alrededor suyo. Cabizbaja, tan solo me giré, queriendo adentrarme al cuartel donde nos prepararíamos, y nos uniríamos a otros soldados. Empecé a caminar, viendo como algunos se preparaban, como hablaban, la normalidad se veía en sus expresiones, mientras que algunos mantenían un semblante de manera arisca, esto quizás por lo que supuestamente estaba pasando; el ataque de los titanes al muro Rose, pero aquí, parecía estar pasando algo más, y estoy segura, que no era un ataque. Empecé a caminar, estallando mi presencia entre algunos camaradas que podía recordar de la estadía en aquella base militar, pero mi seria expresión, no les permitió acercarse, dejándome sola, como siempre me había sentido.

-Oye.-su suave mano se implantó en mi hombro, mientras que le daba la espalda, y escuchaba a las personas charlar en aquella gran habitación repleta de soldados.-¿Qué tienes?-la voz de Eren continuaba implantándose en mis tímpanos, mientras que aún le daba la espalda.

-Quizás solo esté cansada... -musité, llevando mi mano a mi cien, para así ver cómo Eren se había cambiado, ahora estaba delante de mi, observándome con delicadeza.

-Quizás hay algo que no me has dicho.-su firmeza se escuchó en su voz, y podía sentir la seriedad de sus palabras.

-Hay muchas cosas que no te he dicho, Eren.-le dije en un tono bajo, sin poder mirarle a los ojos, tan solo viendo como los demás pasaban a nuestro alrededor.-Tantas que no sabría como empezar.-añadí.

-Solo quiero saber una.-pidió, a lo que lleve mi mirada a la suya, a esos verdosos azulados ojos, y cabello despeinado, me quede sin expresión, esperando que pudiese continuar.-Tus sentimientos hacia mi, ¿son reales?-su pregunta fue extraña, y curiosa, no pude entender que llevaba que pensara eso, pero simplemente, baje la cabeza; sonrojada.

-Joder.-masculle.-¿Cómo no podrían serlo?-le pregunte, viendo como rascaba su nuca sonriendo.

-Si hay muchas cosas que desconozco de ti, lo único que pido, es conocer lo qué hay aquí.-su dedo índice toco mi pecho, apuntando justamente a donde se sobresaltaba ante los bombarderos de mi corazón por su cercanía.

-Lo único real en mi, es lo que yo siento por ti... -susurre, mirando sus ojos, y como inclino su cabeza, llevando su frente con la mía, mientras que su respiración chocó en mi rostro.

-Amaya, ya no sé en quien confiar. Temo por lo que está pasando aquí, por lo que podría pasar.-expresó, mientras que el roce de sus labios, hizo que nos diéramos un cálido beso.

-¿Y bien? ¿Ha cambiado de opinión?-gire la mirada, observando cómo el capitán Levi traía al pastor, quien parecía triste y cabizbajo, pero también, era por la manera en que la teniente Hange lo había abrumado.-¡No hay tiempo y usted lo sabe! ¡Decida si hablara de una vez, por favor!-le grito ella, desesperada, a lo que me quede aún lado de Eren, sintiendo como deseaba rozar sus dedos con los míos; los quería entrelazar.

-No puedo decir nada, ni yo, ni el resto de los pastores.-musito, dejando en decepción a quienes deseaban una respuesta de lo que sucedía, y eso, me amargaba mucho más.

-¡Pues gracias por nada! ¡No sabe el favor que nos ha hecho!-Hange le grito, mirándole de manera fulminante, ella estaba molesta, y nunca la había visto tan desesperada por una respuesta.

-Es algo demasiado importante para que tenga que decidirlo solo. Los miembros de la iglesia del muro debemos una obediencia a una voluntad superior a la nuestra.-el pastor habló, dirigiéndose a Hange, quien volteó a verlo.-No puedo decir más, pero según su sagrada voluntad si puedo darles el nombre de la persona a la que se nos ordenó vigilar.-lo miramos intrigados ante eso que estaba diciendo.-Según tengo entendido se ha unido al cuerpo de exploración este mismo año.-expresó, y mi corazón empezó a palpitar, temía por lo que podría decir.

-Joder, hable de una vez.-pedía Eren, desesperado, y por un instante, la mirada de Levi y la mía, se cruzaron, como si él pensara que mi nombre sobresaltaría en los labios del pastor.

-Su nombre es Krista Lenz.-expresó Nick, dejándome sorprendida ante lo que había esclarecido, pero yo no era la única que yacía así.

-¡Con permiso, se presenta Sasha Braun! Cadete de la promoción ciento cuatro.-la puerta de atrás se abrió con brusquedad, y no pude ni siquiera mirar a mi compañera, a quien no veía hace varios días, y esto ante la revelación del pastor, estaba confundida.

-¿Es ella?-pregunto Eren confuso, como si tampoco lo creyera, y es que Krista no se veía que pudiera tener mucho conocimiento de eso.

-Tienen que traerla en cuanto antes.-hablaba el pastor, mientras que podía escuchar a Sasha hablando pero no me concentraba en ella.-Porque ella conoce la verdad que a nosotros nos he prohibido decir. Es todo lo que puedo decirles, ahora esta en sus manos.-Hange le miraba, intentado de encajar piezas de un rompecabezas roto.

-Si es de la ciento cuatro, ahora mismo está en la línea de al frente.-hablaba ella, con ansiedad en su voz, y estaba segura que nos encargaríamos de dirigirnos hacia donde estaba.-¡Vamos, tenemos que darnos prisa!-no tarde en girarme al igual que Eren, pero justo ahí, mi cuerpo chocó con brusquedad con el de Sasha, a quien mire apenada.

-¿Qué estabas haciendo ahí?-le pregunto Mikasa curiosa mientras que Eren cuando fue ayudarle a levantarse, ella se levantó sola de manera brusca, agarrando en sus manos aquel papel envuelto en un lazo, la observé curiosa.

-Iba entregarle este mensaje al comandante pero un superior me ha indicado que se lo entregue a usted, teniente.-ella elevó sus manos a Hange, entregándole el mensaje mientras que yo continué para irme a prepararme por completo.

-Vayan a prepararse.-pidió el capitán Levi, mientras que no tardamos en acceder a sus órdenes, para en si, empezar a colocarme mis equipos: al igual que los demás compañeros.-Amaya.-su nombramiento hacia mi, me extraño, pero me giré, observando al capitán quien yacía vestido de manera fina, y con su brazo derecho elevado, como si lo descansara de una lesión.

-¿Lastimado?-le pregunté, con un tono de burla, pero respeto, mientras que me amarraba mis correas, empezando a sentirme pesada por mis equipos de maniobras tridimensionales.

-No podré unirme con ustedes, pero, de manera madura te pediré que no cometas una locura de la cual puedas arrepentirte.-me decía en un tono bajo, esperando que nadie más escuchara.-Cada decisión que tomes, te llevará a un camino diferente.-añadió, y confundida por lo que me decía de manera aconsejable, me hizo mirarle detenidamente.

-¿Quiere ayudarme?-le pregunté, sorprendida ante su actitud, y él tan solo me miró de esa manera inexpresiva.

-Por alguna razón, Erwin confía en ti, y eso me hace confiar en su pensamiento y decisión de aún dejarte aquí.-decía.-Quizás, realmente no es tu culpa todo lo qué pasa, pero estoy seguro que cuando acabemos con esto, entenderemos.-su mano toco mi hombro, y quede abrumada ante la confianza que me brindaba, como capitán, ajena a este respeto que empezaba a sentirle, asentí, y me distancié de él, sin decir más.

-¿Qué te dijo?-Eren curioso me miró en cuanto me vio entrar más a fondo en la habitación, le mire sonriente, y desvíe mi mirada a la teniente que entraba sería, e inquieta.-¿Teniente?-Eren la miró más curioso ante verla mirarnos, y más a mi.

-Es que por fin he recibido el informe de Annie Leonhart.-me quede mirándola ante esto, quedando aún lado de mis compañeros, viendo sus expresiones, y como deseaban saber más.-La administración es un caos y no han localizado sus papeles hasta ahora.-explicaba ella.-Pero según esto, parece que en la promoción ciento cuatro hay al menos dos cadetes del mismo lugar de donde proviene Annie.-mi mirada estaba encima de ella, mientras que sentía como sudaba frío, con temor a lo que diría..-Esos cadetes son Reiner Braun y Berthold Hoover.-me tensé ante escuchar sus nombres, y por un instante me fui en blanco, como si el aire me faltaba, pero fingí sorprenderme como todos mis compañeros.-Tras la confusión de hace cinco años sus papeles están incompletos, o ya no existen. Aunque en la última misión fuera del muro, los dos estaban en el grupo donde tenían la información falsa de que Eren se encontraba en el flanco derecho de la formación.-contaba, acertando con lo que había ocurrido ese día.

-El titán hembra nos atacó por el flanco derecho.-habló Armin, destellando atención en él, a lo que Sasha presente pareció confundida ante lo que dijo.-Me refiero a que le pasaron esa información a Annie, por ende, ella llegó hasta allá.-explicaba Armin, me miraba, como si quisiera que yo expresara sobre lo qué pasó ese día, pero me quede en silencio sintiendo la mirada de Levi y Hange en mi.

-¿Por qué a Annie?-pregunto Sasha confusa, y es que claramente ella no estaba presente ante la revelación de que Annie Leonhart era el titán hembra.

-No tan deprisa Armin, ¿sabes que dices?-le pregunto Eren, a mi lado él se veía abrumado, se veía tenso y confundido, y eso me estremecía más.

-Ya lo sabía Eren.-Hange le interrumpió, haciendo que él, se viera en negación.-Aunque no es información suficiente para decidir nada, solo para estar seguros me gustaría saber sus opiniones respecto a esto.-desvíe la mirada de ella, para quedarme cabizbaja.

-Sabía que Reiner y Berthold provenían del mismo pueblo que Annie, pero no parecían amigos.-decía Armin, esclareciendo su pensar.

-Exacto, casi nunca los vi hablando con ella. Aunque Annie tampoco es que hablara mucho.-opinaba Eren, no me atrevía a mirarle, la situación me inquietaba, me ponía ansiosa.-Como compañero suyo me parece muy poco probable, no digo nada de Berthold que es muy callado pero, Reiner es como un hermano mayor, no sería capaz de engañarnos a todos.-trague amargo, mientras que Hange miraba a Eren con detenimiento, y yo, me quedaba en la sombra de la mentira que me acechaba.

-Pienso lo mismo.-Armin hablo nuevamente, uniéndose a nuestra opinión.-Reiner se la jugó para salvarme a mi y a Amaya del titán hembra, que le habría aplastado con su puño si no llega ser por... -esa pausa me causo una inseguridad, y me quede mirando detenidamente a Armin, porque yo sabía que su mente, había descifrado la situación de aquel día.-Reiner logró sacarse del agarre pero Annie cambió de dirección, y empezó a correr hacia donde estaba Eren. Y yo acaba de comentar qué tal vez Eren se encontraría en el centro de la retaguardia, pero Annie estaba demasiado lejos para oírme.-continuaba diciendo.

-¿Qué quieres decir?-le pregunto Eren, insistente, y podía ver lo inaceptable que para él se veía lo que decía Armin.

-¿Reiner mostró interés por conocer la posición de Eren?-pregunto Hange, mientras que yo, me distanciaba de Eren, y llevaba mi mano a mi rostro, restregándolo con mis manos.

-Yo únicamente mencione la posible posición de Eren porque Reiner me lo preguntó, ademas justo después de que Reiner se soltara del agarre, el titán hembra se quedó observando la palma de su mano. Tal vez le escribió algo con las hojas.-le respondió Armin, pensativo, él debía estar recordando ese día.-Reiner podía.-afirmó Armin, refiriéndose a que Reiner era capaz de haberle escrito algo con las hojas en las palmas del titán hembra.

-No.-me gire, observando a Eren frente a Armin, en negación.-¿Por qué dices eso? ¿Por qué esa conclusión?-le preguntaba de manera cuestionable.

-¡Eren!-Hange le llamó, deteniéndole.-Escúchenme todos. Si nos encontramos con Reiner o Berthold, actuarán de modo que no saben nada y por supuesto, ni se les ocurra tocar el tema de Annie Leonhart; sean cómplices de Annie o no.-nos pedía ella, muchos asentían, pero yo ni siquiera podía, jugaba con fuego, ella lo sabía.-Lo primero es llevárselos a un área subterránea para encerrarlos. ¿Les ha quedado claro?-nos preguntó ella, todos volvieron asentir pero yo me quede en silencio, y proseguí en irme.

-Si, vamos de una vez.-indicó Eren, mostrando su impotencia ante la situación, sus ojos me buscaban, pero no me atrevía a mirarle; no podía.

-Tranquilízate Eren.-me detuve en mi andar cuando escuché a Levi, todos giramos, y le miramos con detenimiento. -Ustedes cuatro, escúchenme bien, actuaremos por separados, deben estar a la altura, incluidos en este escuadrón fue una decisión improvisada de Erwin, pero ahora depende de nosotros. ¿Están claros?-asentimos ante sus palabras.-Armin, sigue compartiendo todo lo que averigües con Hange.-él miraba a Armin, quien le asintió ante su mandado.-Mikasa, no se porque razón estás tan apegada a Eren pero usa ese talento para protegerlo a cualquier costo.-ella asintió con respeto, y de un instante, los ojos de él, estaban puesto en mi.-Amaya, confío en tus habilidades y decisiones, no me hagas decaer de mis pensamientos y seguridad por tu estadía aquí. Usa tus habilidades, eres ágil e inteligente, cuida a tu equipo, se una líder.-asentí ante eso, sintiéndome enorgullecida de sus palabras.-Y por último Eren, tienes que contenerte. No permitas que la rabia te impida ver el objetivo. No vuelvas a fallar.-Eren, con una seria expresión, asintió.-Vayan.-pidió él, distanciándose, y viendo cómo nos dirigíamos hacia los caballos.

-Déjame ayudarte.-Eren se acercó a mi, y permití que sus manos apretaran mis caderas para elevarme, y así, montarme en el caballo, observando como todos los soldados del cuerpo de exploración, lo hacían.

-Joder.-masculle, cabizbaja, intentando de razonar con lo que vendría, y con las palabras que Levi, había dirigido hacia mi.

-¿Qué pasa?-me preguntó Mikasa, curiosa y acomodándose en su caballo, mientras que yo, razonaba con mis pensamientos y calmaba mis emociones.

-Podemos con esto.-decía Armin, animando el tenso ambiente.-Somos cuatro, y estamos juntos en esto, desde el principio.-emitió, y esos ojos azulados mirarme, me hicieron sonreír de lado.-Podremos hacerlo.-continuó diciendo.

-Claro que podremos.-añadió Eren, mirando adelante, mientras que la noche aún caía en nuestros hombros.-Lo haremos.-expresó, mirándome detenidamente con sus ojos, mientras que mi corazón empezó a palpitar, dándome cuenta, que íbamos en marcha a lo que sería, la traición más grande que ellos podrían presenciar.

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Próximo capítulo: Tú mentira y la mía.
Los chicos se encuentran frente a una verdad que no pueden lidiar, pero Amaya se encuentra entre la elección de una mentira, o una traición.

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