❪𝟮𝟰❫ ; 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝗮 𝗹𝗼𝗼𝗸.

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ARC TWO; ANGELS LIKE HER❫
*╔═══❖•ೋ°🕊️°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO VEINTICUATRO;
CON UNA MIRADA
❛sin confianza, no hay futuro, literalmente❜

#📌; Advertencia: mención de violación.

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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ANALIZABA A EMMA CON CIERTA CURIOSIDAD, OBSERVÁNDOLA MÁS ANSIOSA de lo normal, mirando de aquí hacia allá mientras agitaba su pierna derecha o se mordisqueaba de vez en cuando las uñas, para luego resoplar al darse de cuenta de este detalle y el hecho de que las tenía pintadas. Tenshi pudo darse de cuenta de inmediato que la pequeña rubia tenía algo.

Curveó sus labios en una pequeña mueca dudosa, tomando luego la bandeja con bebidas y algunos postres o comida salada que tenía que llevar a una de las mesas; como todas las tardes, después de clases, estaba en medio de su trabajo, con la visita de su primer y mejor amiga quien había llegado luego de clases. Le pareció un poco extraño (y a la vez no) que se apareciera allí, tipo, claro que iba a visitarla así como sus amigos y varios de la TōMan.

Le pareció... distinta esa visita, tomando en cuenta que aún faltaba para la reunión que iban a hacer en la TōMan por un asunto bastante fuerte y delicado que tenía que hablarse de una vez, recordando aquel suceso que la dejaba con un muy mal sabor de boca y a su vez ganas de llorar. Emma, como siempre, tendría que cuidar a las novias de los miembros en cada reunión, en donde la mayoría de veces llegaba a su trabajo para esperarla e irse juntas.

Le llamaba mucho la atención el verla algo inquieta, o más bien, demasiado en las nubes. Siempre que la visitaba tenía alguna cosa para decir, y ahora estaba bastante callada. Pensó si había sucedido algo en clases, o lo usual; Ryūguji Ken.

Así que, procurando que no tenía algo que hacer en ese momento, se encaminó hacia donde estaba sentada, terminando de beberse la segunda bebida desde que llegó, sin tomarse el gusto de algún postre como siempre que iba. Llegó por la parte de atrás y miró un poco por sobre su hombro como tomaba su telefono y abría la tapa de este para encenderlo, suspirando nerviosa cuando no vio nada en él para dejarlo de nuevo en la mesa.

—¿Sucede algo, Emma-chan? —habló una vez notó su nula concentración al mundo real sobre todo al no notar como llegó a su lado. La de orbes miel se sobresaltó ligeramente ante su voz, mirando hacia arriba con apremio.

—¿Eh? ¿Que sucede de qué? —trató de mostrarse lo más tranquila posible, aunque demostró genuina confusión, y como no, pequeños nervios. Masumi alzó una de sus cejas.

—No lo sé, tú dime. Te veo más... perdida hoy. —se recostó un poco en el asiento de una de las tantas mesas que había debido a que estaban en una de las horas un poco más ajetreadas en la tienda, ya que en otra ocasión se sentaría a su lado—. Sé que hoy había reunión de la TōMan e ibas a venir desde antes, pero aún falta casi dos horas para eso. Y sabes que ahora estoy más ocupada...

—¡Oh! Cierto. Se me había olvidado. —la Sano menor rascó su mejilla, soltando una pequeña risita dulce aunque un poco temblorosa.

—¿Pasa algo? —pregunta con más suavidad, colocándose de cuclilas a su lado para verla mejor al rostro. Mostró un poco de preocupación en el gesto inquieto y algo nervioso de la rubia, quien desvió su mirada hacia un lado, ruborizándose. Ante aquel gesto, Masumi inclinó su cabeza—. ¿Es sobre Ken-kun?

Emma se tensó un poco ante la mención del chico del tatuaje del dragón, pareciendo perderse

—B-Bueno... Algo así. —la de orbes color miel duró un par de segundos para suspirar.

La Kiyoko ladeó un poco ante su cambio de actitud, viéndose más decidida. Aunque al bajar la mirada hasta sus manos notó como estas temblaban un poco, señal de su nerviosismo, sobre todo el mover tanto sus dedos entre si y jugar con ellos, algo que había aprendido de ella de los años que llevaban siendo amigos. Frunció un poco el ceño y la miró al rostro, trató de descifrar exactamente de que se trataba, sobre todo si Draken tenía que ver.

¿Acaso ya se había decidido en admitir sus sentimientos? Lo dudaba, la misma Emma sentía que no estaba lista para admitirselo, al menos directamente no ya que estaba centrada en mandar más bien señales e indirectas a Ken para captar su atención, agregando que ahora en la TōMan estaban en un problema serio y ella lo sabía. Sobre todo, para mala suerte de la rubia, el del tatuaje se centraba mucho en la pandilla en cosas así. Por lo que no supo exactamente de que se trataría.

—Pareces un poco asustada. —señaló ese detalle provocando un pequeño sobresalto en la más pequeña, quien la miró nerviosa—. Aparte, viniste conmigo desde antes... Mmm... ¿necesitas que te dé mi opinión en algo?

Emma miró con sus ojos extendidos hacia la de mechas blanquecinas quien tenía su cabello en una coleta, con dos cabellos cayendo a sus costados y tratando de sostenerse detrás de sus orejas, las cuales como siempre estaban adornados con aquellos largos pendientes. Se perdió unos segundos en sus gentiles ojos rosáceos, llegando a entreabrir sus labios, como si quisiera decir algo, pero terminó por acobardarse.

❛Si le digo, estoy más que segura que me dirá que es una locura y llegará una charla de mamá Tenshi de que no debo hacerlo❜ pensó la Sano de manera vacilante, desviando la mirada hacia abajo donde la chica había tomado una de sus manos, en donde se veía en su muñeca aquella pulcera con decoraciones doradas.

Emma alzó su otra mano para colcarla sobre la de ella, se pudo ver como ella tenía una pulsera igual a la de Masumi, sólo que era rosa. Era claro que ambas eran a juego.

—Es que... —murmuró Emma, ahora dudosa si decirle directamente lo que iba a hacer, sin embargo, escuchó como su teléfono sonó provocando que ambas mirarán hacia allí. Cuando la rubia lo sostuvo y vio como le llegaba un mensaje, se espabiló—. ¡Tengo que irme! ¡Después te cuento!

—¿Eh?

Más confusión no pudo tener cuando notó la manera apresurada con la que se levantaba, no comparándose a lo nerviosa que estaba antes, aunque si estaba bastante ansiosa. Tenía demasiado porque pensar y de alguna forma sintió un pequeño mal presentimiento por lo que sea que Emma tuviera entre manos como para estar de esa manera, estando en las nubes y a su vez con la ansiedad encima, pero ni siquiera le dió tiempo de preguntarle bien cuando notó sus intenciones de irse.

Masumi se reincorporó y la observó curiosa, parpadeando cuando la pequeña rubia se fue entre pequeños tropezones hasta la puerta, haciéndola reaccionar para llamarla.

—¡Emma-chan!

—¡Vendré después, Masumi-chan!

—¡Nos... vemos... —balbuceó a duras penas, casi diciendo esas palabras para si misma cuando la pequeña Sano se había ido en un dos por tres, dejando atrás el sonidito de la campana—. Mmm...

Un sonido dudoso salió de entre sus labios, cruzando sus brazos e inclinando su cabeza hacia un lado en un intento de comprender la actitud ansiosa y, sobre todo, apresurada de Sano Emma. Ya le había dicho que tenía algo que ver con Draken, pero no se le vino demasiadas ideas a la cabeza de que exactamente podría ser, tomando en cuenta que incluso él no tendría mucha cabeza para otras cosas debido al tema que hoy en la noche, después de su horario de trabajo, se hablaría con todos los miembros de la TōMan. Incluso ella había estado pensando mucho en eso, entrándole una pequeña inquietud por lo sucedido.

Dejando salir un suspiro, miró hacia el cielo, y en este caso, hacia el techo del local de la cafetería, como si buscara respuestas. La tranquilizaba un poco sobre que la pequeña Sano iba al menos a contarle en lo que sea que estuviera metida, pero a la vez se asustaba un poco sabiendo que ella en su inmadurez hacía cosas a veces demasiado fuertes o exageradas cuando se trataba del chico que le gustaba y hacer que le prestara atención. Pedía que al menos no se metiera en algo complicado y que no saliera herida, sea lo que sea que fuera a hacer.

—¡Kiyoko-chan, llegaron clientes!

—¡A la orden! —musitó con una sonrisa, yendo a hacer su trabajo, ahora con muchas cosas en su cabeza.

«LLEGARÁS MÁS TARDE A CASA ENTONCES». —HABÍA DICHO WAKASA, CON aquel tono de voz arrastrado y algo aburrido que siempre usaba al hablar.

—Si, tenemos una importante reunión en la TōMan. Y estoy segura que se alargará. —Masumi hablaba con su tío por teléfono, terminando de recoger algunas cosas de la mesa y limpiándola. Sostenía su teléfono contra su hombro para hablar—. Así que no me esperen con cena o algo. No es necesario.

«Me da pereza escucharte decir eso y que llegues después de las diez de la noche a cocinar comida».

La Kiyoko dejó salir una pequeña risa ante sus palabras, aunque en realidad se trataban de la verdad; sólo por no querer molestar a Wakasa en que le hiciera la comida o algo cuando se trataba de la cena, que ella llegaría y se haría su propia comida. Muchas veces él hacía oídos sordos y le dejaba la cena en el microondas, cosa que agradecía pero a su vez le apenaba.

—Pues, ¿qué cocinarás, o más bien, que pediras entonces? —bromeó un poco, recordando que pocas veces cocinaba. Era más de pedir a domicilio.

—«No te burles. Soy muy bueno escogiendo comida por en cargo.»

Escuchó la campanilla de la tienda tintinear, haciéndola mirar hacia allí de reojo por unos segundos para seguir limpiando la mesa, aunque luego giró su rostro inmediatamente al ver la figura desanimada de Emma pasar por esta, haciendo movimientos pesados y casi arrastrándolos. La preocupación en Tenshi se encendió inmediatamente al ver como estaba, casi cayéndose su teléfono ante su movimiento tan brusco.

—E-Eh, tío Wakasa, ya tengo que c-colgar. —titubeó un poco a la hora de hablar, sosteniendo mejor su teléfono con su mano.

«Dile a Mikey que te quite las manos de encima si no quiere que le rompa la cara

—¡N-No es eso! ¡Tío Wakasa! —replicó avergonzada de aquel insinuara tal cosa, sonrojándose hasta las orejas—. ¿D-De dónde sacas esas cosas? El punto es que ya me voy a la reunión y ya.

«Sigo sosteniendo mi amenaza. Que te vaya bien o lo que sea. Ya sabes dónde patear si se sobrepasa.»

Masumi miró avergonzada el teléfono cuando al fin finalizó la llamada, frunciendo el ceño pensando de dónde rayos había sacado tal cosa. Se asustó pensando en una de sus hermanas y que le haya dicho algo que no es, aunque ya un par de veces donde Manjirō estaba muy cariñoso era él quien llegaba la escena y terminaba todo muy incómodo, y le asustaba ese hecho porque a comparación de sus pobres hermanas, Imaushi Wakasa si podía darle una lección de respeto, y no quería peleas bajo su techo. Suspiró cerrando los ojos para calmarse y poder concentrarse en la razón de la finalización de la llamada, guardando su teléfono.

Rápidamente, y con su instinto de preocupación por lo que le haya sucedido a Emma, se dirigió rápidamente hacia esta que se dejó caer en una de las mesas de manera desganada.

—¡Emma-chan! —saludó en bienvenida, aunque se mostraba sorprendida y al mismo tiempo preocupada—. ¿Que sucede? ¿pasó algo?

—Los chicos apestan. —lloriqueó con sus manos en sus mejillas las cuales apretaba, llegando a abultarlas al punto de sacar sus labios como pato.

—Los chicos... apes... Oye, ¿pero qué pasó? —aún confundida le cuestiona el porque estaba tan cohibida pero molesta. Trató de hacer uso a su cabeza e inclinó esta misma hacia un lado—. ¿Ken-kun hizo de vista gorda otra vez?

—No... —dijo apegando su rostro a la mesa, dejando sus brazos hacia los lados—. Olvídalo.

—Es... ¿algo malo? —fue lo que preguntó teniendo un atisbo de duda, aunque en sí tenía demasiadas dudas ahora. Sobre todo por como estaba hace una hora atrás y terminar llegando así.

Noup. Sólo yo y mi mala suerte. —refunfuñó la de orbes color miel con un puchero en sus labios y su ceño fruncido. Por un momento le recordó a la cara de enojo de Manjirō.

Masumi curveó sus cejas con aflicción y aún aquel atisbo de preocupación por lo que sea que haya pasado su amiga, trató de atar cabos tomando en cuenta que tenía algo que ver con Draken y había terminado completamente desanimada. Pero, prefirió ya no hablar más de eso por si la terminaría colocando de mal humor por su insistencia, cosa que ha pasado antes. A veces tenía el mismo humor de su hermano, así que mejor no la molestaba más. O sólo esperaría hasta que ella en algún futuro le contara por si misma lo que sea que haya sucedido.

Hizo un pequeño puchero confundida, mirando fijamente el rostro de la más baja quien pareció percatarse de su mirada, enderezándose.

—No pongas esa cara, Masumi-chan, no es nada malo. En serio. —canturreó Emma formando una expresión relajada y sonriente, para luego cruzarse de brazos e inflar sus mejillas de manera infantil—. ¡Sólo que otro plan me salió mal! La vida está contra mi.

La expresión de la mayor pudo relajarse un poco al escuchar su pequeña (aunque vaga) explicación de Emma, suspirando un poco más tranquila, aunque no demasiado. Puede que le haya dicho que se refería a que uno de sus tantos planes no salió como esperaba, comprendiendo un poco más el porque de su tristeza, aunque le picaba la curiosidad sobre exactamente qué plan sería. Lo único que se le vino a la cabeza es lanzarle indirectas a Ken para ver alguna reacción y una vez más siendo ignorada. Le daba algo de pena al ver eso y que él a veces ni la mirara, aunque Masumi lo conocía lo suficiente que si lo hacía, sólo que de manera sutil, agregando que Draken era cerrado respecto a esas cosas.

❛Los hombres a veces son complicados❜ pensó con un poco de diversión y cansancio, sonriendo al recordar a todos sus amigos varones (que abarcaba un noventa y cinco por ciento de sus amigos), incluyendo a Manjirō que aunque sabía manejarlo y lo conocía como la palma de su mano, había cosas que la deslocaban mucho o no entendía. Suspiró y sonrió con comprensión hacia Emma.

—Ya verás que todo se colocará a tu favor en el momento indicado. No debes desanimarte. —alentó aún con aquella suave sonrisa, acariciando su cabeza. Emma relajó su expresión y sonrió un poco, animándose ligeramente—. Bueno, espérame un poco. Tengo que traer mis cosas y nos iremos.

—¿Te vas a ir con tu uniforme de trabajo? —pregunta la menor ladeando su cabeza al observar la camiseta, la falda junto con el mandil a juego que usaba de uniforme.

—Mi jefe dejó que me cambié en el depósito, sólo que saliera ya vestida por la parte de atrás. —explica con brevedad, señalando hacia atrás con su pulgar—. No tardaré, ¿si? Si quieres pide algún pastelito o algo, yo lo invitó.

—¿¡En serio!? —chilló Emma enderezándose de inmediato y cambiando su expresión a una animada, observando como Masumi alzaba su pulgar mientras iba hacia la puerta que daba al depósito.

—¡Sólo no me dejes endeudada! ¡Eres igual de dulcera que Manjirō-kun!

—¡Te adoroooo! ¡Gracias!

Una risita salió de entre sus labios al escuchar desde allí la voz ahora feliz de Sano Emma, si había algo que llegara a animarla a ella así como a Mikey era algún dulce. Eran parecidos en ese sentido, sólo que la más pequeña claramente era menos exagerada cuando se trataba del dulce, aunque no evitaba adorarlo y comer a veces en cantidad algún ponqué o dulces sólo para subirse los ánimos o sólo por darse gusto. Le alegraba que aquello pareció animarla un poco, así que llegando al depósito de la mercancía que usualmente estaba sólo, luego de haber llevado su mochila, la dejó sobre una de las cajas para comenzar a cambiarse.

En un par de minutos su uniforme de mesera cambió por el uniforme de la TōMan, terminando con colocarse las botas fue que tomó una vez más su teléfono para escribirle a Emma que fuera a la parte de atrás al ya estar lista. Segundos después le llegó dos mensajes, uno de la rubia escribiéndole un corazón y otro de Manjirō.

Manjirō<3
«¿Te voy a buscar?»

Masumi se quedó en silencio algunos segundos y sonrió un poco sintiendo su expresión relajarse, a su vez que una calidez instalarse en su pecho. Así que, rápidamente y no queriendo hacer esperar mucho a Emma, le contestó.

Mi Masu
«Ya voy a ir con Emma-chan, no es necesario»

Manjirō<3
«Emma está tratando de robarte>:(»
«Ya está loca por el calvo, que me deje a mi Masumi»

Una pequeña risita salió de entre sus labios mientras colgaba su mochila con su uniforme de la cafetería dentro en su hombro dirigiéndose hacia la puerta que daba a la parte de atrás del local, colocando su mano sobre la perilla, abriéndola ligeramente dejando un último mensaje antes de guardar el teléfono.

Mi Masu
«Nos vemos allá<3»

—Necesito aprender a cocinar este pastel de caramelo y crema. —apenas abrió la puerta, escuchó la voz fascinada de Emma quien estaba sentada sobre el costado de la moto, teniendo en su mano una rebanada de pastel a medio comer.

—Tengo la receta, podría enseñarte un día de estos. —mencionó, llamando su atención mientras cerraba la puerta detrás suyo—. Es un tipo de torta fría, se la hice a las trillizas en su cumpleaños.

—¿¡En serio!? ¿Cómo es que no me acuerdo de eso?

La sonrisa en los labios de Masumi no se hizo esperar, yendo hacia el vehículo motorizado y tomándolo de los manubrios para quitarle la pata de aparcado para poder sacarla, con Emma siguiéndola y tratando de recordar en cuál cumpleaños había sido. Sólo la escuchaba parlotear, contestándole en algunas partes o en sí sólo escuchando. Pronto se subió en la moto al pasar una pierna sobre el asiento, dando un par de impulsos para que arrancara, minutos después resonando el ronroneo del moto, siendo luz roja para la menor que terminó por subirse casi de un salto detrás de ella, provocando que se tambaleara un poco.

—Pero, Emma-chan. ¡No tan brusco! Puede que ya lleve un tiempo manejando, pero aún puedo volcarme. —se quejó la mayor un poco titubeante por aquel movimiento, agregando el pequeño miedo palpable de caerse y pasar un accidente.

—Tranquila, si nos caemos, lo hacemos las dos.

—Eso no me tranquiliza, y creo que la que debería decir eso soy yo.

—¡Vamos, vamos! —canturreaba tomándose de sus hombros y comenzando a agitarla, Masumi rápidamente aceleró para no estar tanto a la interpedie del equilibrio y que sin avanzar se fueran hacia un lado.

❛Al menos parece más animada❜ suspiró comenzando a salir del callejón para llegar a la carretera, esperó a que ella se acomodara bien y poder arrancar. Miró de manera algo perdida el llavero en las llaves que se balanceaba con el movimiento, relajó su expresión y miró hacia el cielo oscuro unos momentos. ❛Bueno, todo parece estar mucho mejor❜

NO FUE MUCHO LO QUE DURARON PARA LLEGAR AL SANTUARIO Musashi, lugar donde casi al momento se encontró con el resto de los miembros, aparentemente llegando poco después en donde todos ya estaban reuniéndose allí. Fue a aparcar la moto una vez Emma se bajó y le dijo que iría a su trabajo de cuidar a las novias de los demás miembros que solían ir a las reuniones; saludaba a los miembros que la recibían, dándoles una sonrisa.

—¡Vicecapitana! —escuchó el alegre llamado de uno de los miembros, inmediatamente sintiendo como la abrazaban por los hombros desde atrás con bastante confianza, casi haciéndola irse hacia adelante.

—¡Nii-chan, no la abraces así sin más! —una segunda voz se hizo presente, provocándole un par de risas de su hermano mayor.

—Ay, Dios mío, me asustaste. —admitió un poco deslocada por el repentino abrazo, siendo que hace un momento estaba super tranquila para que vinieran a tomarla de sorpresa—. Hola, Smiley-kun, Angry-kun. ¿Cómo están?

—En lo que cabe, estamos bien, Tenshi-san. Gracias por preguntar. —el menor de los gemelos, Kawata Souya, habla con tranquilidad, aunque su expresión se mantenía fruncida y enojada, como le era característico—. Espero que también esté bien.

—Gracias, Angry-kun, si lo estoy. —sonrió enternecida por lo lindo que era a pesar de la cara que casi siempre tenía; aún recuerda cuando recién se habían conocido e inmediatamente pensó que la odiaba, aunque con el tiempo supo identificar que su cara era así.

—El capitán estaba preguntando por tí. Mejor ve antes de que muera por la falta de amor de Tenshi-chan. —bromeó Kawata Nahoya, conocido como Smiley, aún abrazándola con bastante confianza.

—Nii-chan, deja de decir ese tipo de cosas.

—¡Masu-chaaaan! —y hablando del rey de Roma, se escuchó la voz de Sano Manjirō a un par de metros de ellos.

Aquello hizo que los tres miraran hacia esa dirección, observando como este portaba una gran sonrisa y la saludaba con la mano, llamándola con esta mismo a que se acercara, teniendo a su lado a Draken quien sonrió en manera de saludo. Sonrió de vuelta así que se despidió de los gemelos para dirgirse hacia allá donde estaban la mayoría de los capitanes de la división.

—¡Llegueeee! —soltó una vez estuvo entre ellos, Mikey extendió sus brazos para que fuera a abrazarlo.

—¡Al fin! Me estaba haciendo anciano. —canturreó el de cabello rubio apenas llegó a abrazarlo, pegando sus labios contra su sien por varios segundos—. Si no hubiera sido porque Emma se apareció por aquí, ya hubiera pensado que de verdad te robó.

—Sólo fue unos minutos, lo importante es que llegué. —soltó una pequeña risa mientras tenía sus manos en su rostro, la sonrisa de Mikey no desaparecía en ningún segundo. La chica minutos después se quedó completamente quieta y en silencio—... ¿Por qué no llevas camisa?

—¿Oh? ¿Eso? —rio un poco ante la lenta reacción de la chica al darse de cuenta que no tenía camisa, algo que se podía notar al tener la chaqueta de la TōMan sobre sus hombros—. Por nada en especial. ¿Por qué? ¿Te gusta? —dijo de manera un poco coqueta, tomando una de sus manos para que tocará directamente su pecho desnudo—. Mira.

—¡E-Eh! —la chica trató rápidamente de zafarse apenas sintió su piel y notando como sin pudor hacía que bajara su mano hasta su abdomen, observando la sonrisa gatuna del chico—. ¡O-Oye! ¡N-No hagas eso aquí!

—¿Qué están hablando ahí, par de cochinos? —se escuchó la burla de Baji no muy lejos de allí, sentado despreocupadamente sobre su moto. Mikey se carcajeó.

—¡N-Nada! ¡No es nada! —chilló la chica casi de inmediato al escuchar las palabras de Keisuke, su rostro rojo como tomate.

—No mires, que aquí están de indecentes. —Keisuke continuó con su mofa cubriéndole los ojos a la chica de pelo corto que tenía a su lado, bastante confundida por lo que sucedía—. Mejor ve con Emma. Allá es más tranquilo.

Chifuyu cubrió su boca dramáticamente. —¡Pero, Tenshi-san! —soltó el rubio siguiéndole el juego, Mikey estaba temblando en su lugar tratando de no carcajearse con fuerza.

—¡N-No empieces también tu! ¡No me molesten aquí!

Manjirō no tardó en soltar varias carcajadas que fueron seguidas por Keisuke, Masumi quería buscar algún lugar donde ocultarse por las pobres burlas a su persona. Ocultando su rostro completamente rojo en el pecho del chico cuando este la abrazó contra él, tratando de calmarla de su vergüenza. Era un ambiente de alguna manera amena a pesar de que la razón de la reunión era algo serio por hablar, pero nunca faltaría alguna risa por ahí, sobre todo a ese par que, como no, desde tiempos inmemorables buscan avergonzarla a propósito.

—Ya, ya... Perdón, Masu-chan. —canturrió el chico balanceándose un poco mientras la abrazaba, agachando su rostro para acercarse al de ella. Sonrió al ver su pequeño puchero y como toda su cara estaba pintada de rojo—. ¿Me perdonas? Te voy a dar muchos besitos para que me perdones.

—A-A veces puedes ser un tonto y otras veces la persona más pegajosa del mundo... —susurró la chica con reproche provocando unas pequeñas risitas de parte del chico.

—Hina-chan, lamento haberte asustado el otro día. —escuchó la voz de Ken, sólo a un par de metros enfrente de ellos; alzando su rostro de su lugar, pudo divisar fácilmente como hablaba con alguien, inclinándose un poco para poder ver quien es. Su rostro se iluminó al reconocer a las dos personas allí.

—¡Take-kun! —el cuerpo del aludido se tensó inmediatamente al escuchar aquella voz, girando un poco tenso hacia la dirección de la chica de cabellos teñidos quien trotaba entusiasmada hacia él, o más bien, hacia ellos—. ¡Hina-chan, también viniste!

—¡Senpai! —saludó la castaña de manera entusiasmada ante su presencia, sonriendo en grande cuando esta la tomó de las manos con una resplandeciente sonrisa—. ¡Me alegra verla!

—A mi también~. No espere verte a tí por aquí, aunque no me molesta. —soltó de manera amable y dulce provocando un sonrojo emocionado en la menor; luego, dirigió sus ojos hacia su costado en donde estaba un Takemichi bastante callado, pareciendo admirarla—. Y hola a tí también, Take-kun. Me alegra verte una vez más.

—¿¡Eh!? —se sobresaltó al darse de cuenta de que le hablaban, tensándose y temblando un poco al ver el rostro sonriente de la mayor, observando sus ojos rosaceos y brillantes, llenos de vida. Tragó un poco de saliva al sentir un nudo en su garganta, pero aún así dio su mejor sonrisa—. E-Eh... ¡Si, a mi también me alegra!

—¡Oi, Emma! —llamó Draken lo suficientemente fuerte para que la aludida lo escuchara.

—¿Si? —respondió esta misma comenzando a acercarse a donde estaban.

—Esta es la chica de Takemicchi, así que cuida bien de ella.

—A la orden... —balbuceó algo aburrida, alzando la mirada hacia ellos hasta mostrar cierta sorpresa una vez vio al rubio de ojos azules quien pareció más bien espantarse por verla. Emma sonrió y alzó uno de sus brazos en modo de saludo—. ¡Hola, gallina-kun!

—¿Por qué te llama gallina? —Hinata preguntó con una sonrisa tensa, sobre todo ante la reacción de su novio.

—¿Eh? ¿Gallina? —repitió Tenshi confundida ante aquella palabra en particular, mirando hacia el espantado y tieso de Takemichi.

—¿Cómo? ¿ya conocías a Emma? —pregunta Draken con cierta curiosidad y claramente extrañeza.

—¡No es lo que piensas, Hina! —chilló nervioso hasta las patas, no provocando más que confusión en el ángel de TōMan. Este miró cohibido hacia el más alto y luego a la chica de los pendientes—. ¡Draken-kun, no recuerdo que fue lo que pasó! ¡Lo juro, Tenshi-san!

—Me dejaste en ropa interior y te fuiste corriendo. —soltó la rubia de orbes dorados sin más, provocando que las miradas de los cuatro fuera hacia ella, Takemichi no hizo más que espantarse más.

—¿Ah, sí? —el enojo era más que evidente en el aura de Tachibana Hinata, teniendo una bruma oscura a su alrededor con una sonrisa más que enfadada—. ¿Conque eso fue lo que pasó?

—Puede que sí, puede que no... ¡De verdad que no me acuerdo! —chillaba temblando como un chihuaha, asustándose aún más cuando ella comenzó a tronar sus nudillos—. ¿¡Eh!? ¿¡Hina-san!?

Y fue más que claro que terminó con una muy buena paliza. Ahora se encontraba con varios moretones y golpes alrededor de su rostro, estando de rodillas y con la cabeza agachada, teniendo a Hina enfrente de él quien a pesar de todo y haberse desquitado, se mostraba aún llena de ira. Algo totalmente entendible con tremenda cosa que había acabado de escuchar, Masumi miraba en silencio la escena viendo de reojo a Draken cuando este se fue sin decir nada una vez más con Mikey, encogiéndose un poco de hombros.

—L-Lo siento mucho... —se disculpaba Takemichi con pesar y sinceridad, mientras la castaña se iba echando humos.

—¡Pudrete!

—Que miedo... —murmuró Emma viendo como se iba dando zancadas.

—Así que de esto se trataba.

Ambos menores miraron hacia Tenshi cuando esta habló, Emma agachó la mirada un poco apenada y reacia mientras que Takemichi se había tensado notablemente; la mirada rosácea de la Kiyoko Masumi estaba fija en su persona, pero en sí lo que le había recorrido un fuerte escalofrío en todo su cuerpo fue la manera despectiva con la que lo estaba observando, reproche, quizás algo de molestia. Era la primera vez que la veía con esa cara, lo peor era que era hacia él.

El ceño de Masumi se tensó un poco y cruzó sus brazos para observar a una callada Emma, la cual desvió la mirada hacia un lado, huyendo de la mirada reprochante y molesta de quien era como su hermana y al mismo tiempo su mamá.

—¿En serio llegaste hasta este punto, Emma-chan? —le cuestiona con severidad, observándola con ese mismo sentimiento. Con su orgullo por delante, Emma miró hacia otro lado, frunciendo el ceño—. Me habías dicho sobre ganar experiencia, pero...

—Yo puedo cuidarme sola y hacer lo que quiera. —se cruzó de brazos, bufando con molestia—. Deja de regañarme como si fueras mi mamá.

—Te regaño porque me preocupo por ti, lo veas cómo lo veas. Emma-chan. ¿Cómo es que se te viene a la cabeza tal cosa? —reprendió con preocupación, negando con la cabeza—. Sé que quieres llamar la atención de Ken-kun y todo eso, ¿pero llegar hasta ese punto? ¿Conocías a Take-kun tan siquiera? ¿Que tenía novia?

El aludida se encogió ante la fija mirada que el ángel de la ToMan le había lanzado, en esos momentos lloriqueando en silencio y extrañando a la Tenshi sonriente y de mirada dulce que lo había recibido momentos atrás, sobre todo luego de que su novia le haya acabado de dar una paliza por algo que incluso ni comprendía del todo ni como había llegado ahí.

—La verdad no. No creí que teniendo una novia asi me seguiría el juego. —murmuró con un puchero algo tembloroso en sus labios, mirando hacia la dirección donde Hina se había ido más que enfadada—. De todas maneras no llegamos a eso. No es como que él me guste ni nada, sólo quería llegar más rápido a la adultez. —agacha la mirada ahora desanimada, incluso triste.

—Así no es la manera, Emma-chan. Podría haber sido alguien que te hiciera daño o se hubiera aprovechado en serio. —habló el ángel de la TōMan con dureza pero a la vez suavidad, sintiendo como su corazón se revolvía al ver la expresión que tenía en el rostro. Observó de reojo a Takemichi y luego su alrededor, recordando que no es el momento—. Después continuaremos con esto, ¿está bien?

—Ni siquiera se inmutó. No demuestra ningún tipo de interes. —volvió a decir la menor de manera triste, mirando hacia la dirección donde Draken estaba hablando amenamente con Mikey—. Sólo le importan Mikey, las motos y pelear. Incluso te presta más atención a tí.

—Emma-chan...

—Creí que tal vez se enojaría un poco... —con la cabeza agachada y un tono de voz aún apagado, se fue encaminando hacia la misma dirección —. No me odies.

La expresión de la de pendientes se suavizó y formó una pequeña sonrisa, mirando con gentileza la espalda de su primer y mejor amiga. —Nunca sería capaz de odiarte.

Emma se quedó mirando al suelo unos momentos apretando sus propias manos detrás de su espalda, ahí comenzó a caminar una vez más sin decir otra palabra, dejando a Takemichi y a Masumi solos. Bueno, si podría decirse, sobre todo tomando en cuenta que estaban rodeados por una gran cantidad de pandilleros y motos, llegando incluso a escucharse el rugir de aquellas maquinas mezclándose con las voces que conversaban entre sí.

❛¿Cómo diablos terminaste en esta situación, yo del pasado?❜ lloriqueaba el viajero en el tiempo mirando con un puchero hacia donde se había ido Hina y aquella chica, siendo la primera, bueno, más bien la segunda vez que la veía en su vida, y había sido en el mismo día.

Su cuerpo se giró de manera robotica hacia Masumi quien una vez más lo miraba de manera fija, con su ceño fruncido, no se comparaba para nada con la dulce sonrisa con la que lo había recibido. Se asustó de sobremanera pensando en si le haría algo por haberse metido, de alguna manera que ni sabe, con la tal Emma, que al parecer era cercana a ella. Después de todo, Kiyoko Masumi estaba en una pandilla, puede que no parezca pero puede tener ideas locas para torturarlo o golpearlo.

—¡T-Tenshi-san, de verdad no tengo idea de como llegué a esa situacion! ¡N-No lo recuerdo! —habló con apremio tratando de dispersar su claro enojo, agitaba sus manos de un lado a otro—. ¡En serio, yo no-

—Esperaba más de tí, Takemichi-kun. —habló con gran seriedad, tensándolo con más fuerza por haber sido llamado por su nombre de pila completo—. Ni siquiera se me vino a la cabeza que cayeras así de bajo teniendo ya una novia. No quiero imaginarme que tanto hicieron aunque Emma-chan haya dicho que no llegaron mucho, sigue siendo... desagradable de ti, teniendo tú respectiva pareja.

—¡Y-Yo ni siquiera sé como llegué a esa situación, lo juro! ¡No lo recuerdo!

—¿Acaso bebieron alcohol?

—¡NO! —soltó sin saber que decir y salirse de la casi gélida mirada de la chica—. ¡Claro que no, por supuesto que no! ¡Es que yo...!

Fue callado al momento que Masumi alzó una de sus manos, sobresaltándolo pensando que lo iba a golpear o algo, pero sólo fue un gesto de que se callara, cosa que hizo, con su cuerpo completamente rigido como un militar y sus labios juntos de manera temblorosa. La mirada llena de decepción y hasta incredulidad con la que lo observaba le iba directamente al pecho.

—Es tú vida y no tengo porque decirte nada, ni siquiera nos conocemos lo suficiente como para tener esa confianza y que me prestes atención. —Masumi se giró y avanzó un par de pasos para ir nuevamente con Mikey y Draken, ya que iba a empezar la reunión—. No me concierne lo que hagas, pero te digo que mejor aprecia un poco más lo que ya tienes.

Con esas palabras terminó por alejarse completamente de él, Takemichi estirando sus manos hacia ella como si no quisiera que se alejara, sintiéndose avergonzado y ahora temeroso de algo que se le había ido a la mente apenas recibió una mirada llena de decepcion e incredulidad.

Me odia. Tenshi me odia.

—Takemicchi. ¿Terminaste? —salió de sus pensamientos ante la voz de Ken, mirando hacia allá aún en su pequeña crisis mental.

—¡Siento la tardanza! —soltó aún bastante nervioso por la conversación con el ángel de la TōMan, mirando nervioso la espalda de esta, tragando saliva cuando esta ni lo miró.

—¡Vamos, reunanse! ¡Va a empezar la reunión!

Comenzaron a subir para el santuario Musashi luego de que todos los miembros de la ToMan comenzaran a organizarse; entrando primero Mikey, luego Draken y Tenshi, estando Takemichi detrás de ella y seguido de los capitanes de las divisiones. El menor estaba sonriendo nerviosamente hacia los miembros que estaban inclinandos en una reverencia de ciento ochenta grados, demasiado silencioso a comparación que cuando llegó donde estaban hablando sin parar.

Un ambiente casi tenso y pulcro se hizo presente una vez Mikey se colocó enfrente de todos, portando una expresión completamente seria y firme, teniendo a sus lados a Tenshi y Draken quienes portaban la misma expresión de seriedad, sobre todo por el tema por el que se iba a hablar, algo que el no miembro de la TōMan no tenía ni en claro, sólo podía estar asombrado por el porte que podía dar el capitán de la Tōkyo Manji.

—La reunión se debe al Incidente de Moebius. —comenzó a decir lo suficientemente fuerte para que todos los miembros lo escucharan—. Si nos enfrentamos, el conflicto será enorme. Por eso quiero saber que opinan ustedes. —se encaminó hasta los escalones, sentándose.

Masumi suspiró profundamente al recordar todo aquel asunto, aunque más bien fue una tragedia demasiado horrible. Pensar en la pobre chica que había sido involucrada en medio de todo eso de la peor manera posible le provocaba nauseas y un pequeño atisbo de pánico. Aunque era claro, saber que alguien ajeno a la pandilla había sido golpeado y abusado le pegaba justo en el corazón, sólo sintiendo pesar y lastima de aquella pobre chica.

—¡Ay! ¿¡que estás...!?

La chica se mostró un poco confundida al escuchar la queja de Takemichi, sorprendiéndose al ver como estaba en el suelo luego de que lo lanzaran de un empujón, agregando que estaba siendo intimidado por dos miembros de la TōMan, siendo uno de estos el capitan de una división. Pronto se unió Mitsuya más que nada para replicarles, pero aún así no evitó meterse, sobre todo sabiendo que uno de estos estaba suceptible a las provocaciones.

—Pah-kun, Pehyan-kun. —llamó la de mechas blanquecinas teniendo su atención, con una mirada les pidió que no hicieran escandalo.

—¡Lo siento, Tenshi! —el vicecapitan de la tercera división, Pehyan, hizo una pequeña reverencia hacia ella en modo de disculpa mientras Pah sólo la observó en completo silencio para alejarse de allí, siendo seguido por el más alto.

—Take-kun, ¿estás bien? —el aludido quien se levantaba aún aturdido por lo sucedido, observó un poco sorprendido a la mayor cuando le dirigió la palabra, observando su incertidumbre junto con la preocupación. Un poco dudoso, asintió.

—No te lo tomes a pecho, Takemicchi. —Draken, que estaba al lado de la femenina, habló con seriedad y cierta pesadez—. Pah está bastante alterado.

El rubio se quedó confundido unos segundos para luego dirigir su mirada hacia donde se había ido el robusto que lo había atacado sin razón, frunció el ceño y, teniendo a Mitsuya a un lado, hizo un comentario que llevó a que este le dijera la razón de la alteración de Haruki, quedando espantado por todo aquel relato.

—Un amigo suyo se peleó con gente de Moebius. Es lo que causó el conflicto. —dijo el platinado, suspirando con cierto cansancio mientras Takemichi preguntaba que sucedió—. El lider de Moebius, un tipo llamado Osanai, se peleó con el amigo de Pah por alguna pequeñez. Lo molieron a golpes, violaron a su novia delante de él y colgaron a su familia y sus hermanos.

—Que horrible...

—Así hacen las cosas en Moebius.

Masumi quien escuchaba parcialmente hizo una pequeña mueca, aunque ya lo haya oído antes, seguía siendo algo horrible de escuchar, pero agitó su cabeza suspirando, fijándose en la reunión, tratando de tener la cabeza fría.

—¿Qué quieres hacer, Pah? —cuestionó Manjirō, teniendo al aludido enfrente de él demostrando respeto al inclinarse—. ¿Peleamos?

—Son mayores que nosotros... —murmuró este con cierto pesar, apretando su mandibula—. Es imposible que la TōMan salga ilesa. Sólo les ocasionaría problemas... —decía, frunciendo luego el ceño de manera impotente—. Pero es tan indignante, Mikey...

—No te pregunté eso. —soltó el capitán de manera seria, sin quitarle la mirada de encima a su amigo de infancia quien tenía la cabeza agachada—. ¿Quieres pelear o no?

—¡Si quiero! ¡Quiero matar a todos esos malnacidos! —exclamó Pah con una enorme impotencia, llegando incluso a lagrimear por la misma rabia que sentía en su interior.

Manjirō soltó una pequeña risa, cerrando sus ojos. —Pues claro. —dijo sin dudar, provocando sorpresa en el contrario, observando como se levantaba y miraba hacia el resto de los miembros de la TōMan—. ¿Algunos de ustedes no cree que valga la pena vengar al amigo de Pah?

La sonrisas en los demás no se hizo esperar, comenzando a sentir más animo ante las palabras de su capitan quien mostró una sonrisa llena de confianza y determinación, contagiando a los demás presentes. Sonreían con coraje, sin duda alguna, llenos de orgullo de que iban a lograr tal hazaña que vociferaba con seguridad el capitan de la Tōkyo Manji.

—¿¡Alguno de ustedes tiene miedo por lo que le pasó al amigo de Pah!? ¡Ninguno, ¿verdad?!

Masumi sonrió al sentir el ambiente menos tenso, algo que Manjirō podía provocar cada vez que hablaba con los demás. Aunque todo aquel tema la colocaba de los nervios, tenía la certeza, la seguridad de que iban a triunfar, porque todos estaban dispuestos y ahora llenos de fuerza y coraje en que lo iban a lograr, que iban a lograr su cometido. Suspiró largamente mirando hacia el rubio quien mostraba un porte firme, mostrándose como un pilar de fuerza.

—¡Acabaremos con Moebius! —exclamó con una mezcla de molestia pero seguridad, siendo seguido por los gritos entusiasmados de los demás miembros—. ¡El tres de agosto! ¡Correrá sangre en el Festival Musashi!

Te amo mami tenshi, siempre tan mami, siempre tan tenshi

Todos necesitamos una tenshi en nuestra vida

Este cap se pudo ver un poco más de la relación de Emma y Masumi, para ella Emma es como otra hermanita suya y la cuida como tal, aunque claro que roza la maternidad y obvio se preocupa por lo que la nena estuvo a punto de hacer por impulso

Te amo emma, te extraño emma, Masumi la hermanita casi mamá que necesita

Es que mirenla

A baby/cry

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