—Bienvenidos.

Cuando Yoongi alzó la mirada se encontró con Jimin y SunHee sonriéndole.

—¿Esto es una fiesta? —preguntó Jimin divertido.

Yoongi sacudió su cabeza con la gorra de Kumamon en esta, haciendo reír a Jimin y a SunHee.

—Sí, el pequeño quiso pasar su cumpleaños aquí.

—¿Papi, te puedo abrazar? —Yoongi asintió para ella.

Jimin la bajó, la pequeña corrió rodeando el mostrador para abrazarlo de sus piernas. Yoongi la tomó en brazos, ahora SunHee besó su mejilla.

—Me gusta tu gorra.

—Lo sé, a mí también —dijo. Jimin sonrió mientras los miraba con ternura.

Hee-Sook los miró desde lejos sonriendo, esa era la familia que quería para su hijo y su nieta, Yoongi pertenecía con ellos y así debería ser.

El pálido bajó a la pequeña y ella regresó con Jimin.

—Le dije a SunHee que hoy comenzabas trabajando aquí así que decidimos pasar a comer algo —dijo. SunHee asintió feliz.

—Tomen lugar, enseguida les llevo algo.

—Quiero pastel de chocolate, papi —dijo la pequeña feliz.

Yoongi asintió, ahora mirando al más bajo en espera de lo que comería.

—¿Y tú, Jimin?

—Lo mismo —le sonrió.

Yoongi asintió y se dio la vuelta para buscar lo que pedían. Jimin caminó con SunHee, sentándose lejos de la pequeña celebración. Hee-Sook llegó saludando a su hijo y nieta con un beso en la frente.

—¿Y Yoongi?

—Papi Yoongi fue por nuestros pasteles.

—¿Tu papi Yoongi fue? —preguntó alegre. SunHee asintió—. Qué bien mi amor.

La mujer sonrió para la pequeña, acariciando sus cabellos al notar lo feliz que estaba al tener a su padre. Yoongi llegó entregándoles lo antes pedido.

—Gracias, papi.

Yoongi le sonrió a la pequeña, luego regresó hasta el mostrador para atender a las personas que llegaban.

—¿Cómo le va?

—Se adapta rápido, algunas cosas aún le cuestan, como ayudarme con los pedidos y con algunos precios, pero va bien, él se siente bien que es lo importante —Jimin sonrió para su madre.

—Me alegro mucho por él y por ti, madre.

Ella se acomodó en su lugar, apartando la mirada de la pequeña para mirar a su hijo.

—¿Pensaste en algo?

—¿Sobre qué tema?

—Sobre lo que hablamos en la mañana —casi susurró. Jimin negó.

—Ayer salimos, me quedé en su casa a dormir porque Seokjin hyung ya estaba durmiendo, me dejé las llaves adentro y ya no pude entrar, entonces Yoongi me llevó a su casa... También... Trataron de asaltarnos —Hee-Sook cambió la sonrisa de su rostro por una más preocupada.

—¿Qué pasó?

—Cuando terminamos nuestra cita nos dirigimos a casa de Seokjin hyung, luego pasó lo de las llaves y Yoongi me ofreció quedarme en su casa, acepté y caminamos hasta la de él. En el camino me tomó de la mano y comenzó a caminar más rápido, primero pensé que me quería hacer daño, luego me explicó que unas personas nos venían siguiendo, fue algo que realmente me asustó, Yoongi logró escabullirnos y llegamos a su casa, aun así, yo seguía temblando del miedo —explicó. Hee-Sook lo abrazó con gran preocupación.

—Me alegro que estén bien y también me alegro que hayas estado con una persona que supo cuidar de los dos —confesó. Jimin asintió.

—Sí, Yoongi es muy inteligente.

—Al igual que SunHee —la recién nombrada miró a su abuela—. Sigue comiendo tu pastel, cariño —SunHee y Hee-Sook sonrieron.

Yoongi se acercó y tomó lugar junto a la pequeña mientras la miraba tranquilo.

—¿Te gusta? —preguntó. SunHee asintió con una sonrisa.

—SunHee ama todo lo que tenga chocolate de por medio.

Yoongi rio un poco, ahora miró a Jimin para poder mirarlo a los ojos y poder charlar.

—¿En serio? —asintió—. ¿Es eso cierto, SunHee? —SunHee negó mientras metía más pastel a su boca.

Yoongi se volvió a reír, acariciando la cabeza de la pequeña, alborotando sus oscuros cabellos.

—Eres muy tierna —Jimin y Hee-Sook sonrieron ante un Yoongi sonriente y mirando con cariño a la pequeña de ojos brillantes.

Hee-Sook movió un poco a Jimin, intentando llamar su atención. Jimin dejó de mirar a su pequeña y a Yoongi para mirar a su madre. Ella le hizo una señal con la cabeza, luego se retiró del lugar.

—¿Yoongi, podemos hablar? —preguntó. Yoongi dejó de jugar con la pequeña y lo miró.

—Claro que sí.

—Amor, quédate aquí, ahora regreso —SunHee asintió ante la orden de su padre.

Jimin se puso de pie y se alejó del lugar. Hee-Sook se colocó en el mostrador y asintió hacia Yoongi. Yoongi hizo reverencia para seguir a Jimin dentro de la casa.

—¿Qué sucede?

—Gracias por todo.

—Ya me habías agradecido, te dije que con gusto volvía a repetirlo.

—Eso... Quiere repetirlo —Jimin se sonrojó.

Yoongi sonrió y caminó hasta él.

—Te prometo que iremos en taxi, no quiero ponerte en peligro —Yoongi acarició la mejilla de Jimin con mucha delicadeza.

Jimin sonrió y se dejó hacer por Yoongi, le gustaba su toque tan delicado, como si tuviera miedo de herirlo o romperlo.

—¿Por qué eres muy lindo? —preguntó feliz. Jimin dejó de sonreír al escuchar aquello.

Yoongi le sonreía, pero Jimin solo podía repetir una cosa en su cabeza y eso no era para nada bonito.

¿Lindo? ¿Él era lindo? En su mente se comenzaron a reproducir varias imágenes y voces diciéndole que era feo, que estaba gordo, que solo era una burla. Pronto se separó de Yoongi, mirándolo con ojos inundados en lágrimas.

—¿Qué pasa?

—Yo no soy guapo... Ni siquiera lindo...

Yoongi negó repetidas veces, tomando al menor de sus brazos, buscando su mirada para luego hablar.

—No me importa cuánto tiempo me lleve, pero prometo volver a recuperar tu confianza y tu autoestima, sé que eres un gran chico, tu hija es maravillosa y tú también lo eres. Todavía no te das cuenta y te prometo... Te prometo que haré que te mires como yo te miro ahora mismo.

—¿Y cómo me miras?

—Como el hombre más lindo, tierno, hermoso... —comenzó a decir. Jimin cerró sus ojos y suspiró—. Jimin... Eres un chico muy guapo —lo miró y no pudo más.

Juntó sus labios con los de Jimin. El menor pudo sentir la ternura con la que Yoongi lo besaba y por segunda vez se sintió bien, era el segundo beso que se daban y se sentía como el primero. Yoongi besaba muy bien y eso le ponía los bellos de punta. Se separaron por un poco de aire, ahí Jimin sintió sus mejillas arder.

—¿Vamos? —le ofreció su mano.

Jimin asintió y la tomó. Salieron al local con las manos entrelazadas. Hee-Sook sonrió ante aquello.

—¿Terminaste? —SunHee asintió—. Es hora de ir a casa —la pequeña y Yoongi hicieron puchero—. Tenemos que pasar a casa de Seokjin hyung por tus cosas —SunHee asintió rendida—. Ya nos vamos —Jimin soltó la mano de Yoongi, sin que SunHee notara que las tenían juntas.

—Está bien, vayan con cuidado y fíjate que nadie los esté siguiendo, si notas algo sospechoso no dudes en entrar en algún local y llamarme ¿Sí? —dijo. Jimin asintió—. Adiós, pequeña.

SunHee abrazó a Yoongi con amor.

—Adiós, papi —se despidió. El mayor besó su frente.

Jimin dejó el dinero de lo antes consumido y salió sonriéndole a su madre y a Yoongi.

¡Hola!

¿Cómo están?

¡Adiós!