“Necesito que me folles ahora y hacerte venir bien duro lobito…”

Nunca en mi puta vida estuve tan duro. En medio del estado de embriagues que me provoca mi Omega, casi me asfixio.

Esas resueltas palabras ligadas a su exigente, caliente y sexi rostro, acabó con mi escasa cordura. Porque pasé de lamentar la desgracia que es mi vida a querer morir dentro de él.

Entre tropezones y manotazos que buscan tomarse de lo que pueden, nos metemos en un aledaño y oscuro callejón. Y no me importa una mierda si el ocaso de la madrugada está culminando porque necesito, desesperadamente, de su tacto.

—¡Vamos lobito! Sé que tienes unas hermosas manos, no pierdas el tiempo y entierra tus dedos bien adentro. —Susurra Jimin estremeciendo mi pabellón auditivo mientras coge mis dedos... Dedos que luego son humedecidos con caliente saliva mientras contornea con maestría, su pecaminosa lengua.

—Necesito morar en ti... No te das una idea de lo que me provocas, cachorro... —Susurro mientras lo dejo en el suelo y me deleito con la visión de mis dedos en su cálida cavidad bucal.

"¡Maldita sea! No puede estar tan majo... " Pienso mientras observo su rostro, sus labios rojos e hinchados, su mirada provocadora... Y en desesperación, agarro sus caderas entre tanto aprieto su culo con mi mano libre, como buscando encontrar el camino de ida a esa deliciosa oscuridad. "¡Maldición! Está completamente empapado". Él me goza. Lo veo en su mirada a medida que me provoca.

—Una idea me doy, o varias. Mmm… estos largos dedos aún conservan mi aroma... —Confiesa observándome tan malditamente sensual que presiento que podría correrme solo con su mirada.

De un raudo movimiento lo giro abandonando mis dedos de su caliente boca. Y me afirmo sobre su respingado culo con mi chorreante hombría enfundada mientras tomo y alzo sus brazos a los lados de su ladeada cabeza... cabeza cuyo rostro brilla a causa del exceso de fluidos de la erótica chupada.

Rápido desprendo su ceñudo pantalón, apretando su sexo sobre la tela —. Me encanta tu entrega, cachorro… Y aunque muera por hundirme desesperadamente en ti, primero, necesito probar tu elixir manjar. —Susurro entre jadeos a medida que muerdo el lóbulo de su oreja.

Mi omega, se restriega caliente y con la boca abierta. Y maldita sea… Sus intensas feromonas, me drogan.

—H-haz… l-lo que quieras… Alfa... — anuncia entre jadeos entre cortados.

Y el “Alfa”, finalizó con mi escaso auto control.

Porque de inmediato, ataco su cuello a mordiscos. Chupando y marcando su sensible piel con mis labios mientras me regala eróticos sonidos que deseo opacar con la profunda intromisión de mi polla.

Así es que desprendo, a tirones, los primeros broches de su camisa. Descendiendo, lentamente por su espalda, junto a un camino de saliva que demarco con mi ansiosa lengua.

—Ahh... mmm… P-por f-favor Alfa. — Jadea desesperado a medida que me intoxico con su acrecentado aroma.

Finalmente rodeo su sedoso miembro con una de mis manos mientras con la otra, me deslizo entre sus pliegues empapando completamente mis dedos.

Luego mordisqueo con fuerza su culo enterrando luego una falange que se absorbe por completo. Jimin, gime entrecortado en cuanto jalo su pene necesitado e introduzco otro dedo.  Entrando una y otra vez en un compás que tiene como único destino: desarmar cada uno de mis sentidos...

Observo si estamos lo suficientemente resguardados, y retirando mis dedos de su ano, bajo un poco más su pantalón. Para luego tomar sus redondas y perfectas nalgas entre mis dedos mientras separo las mismas y meto mi asidua lengua en lo profundo de su canal... Enloqueciendo cuando su aroma me pega de lleno.

Y con cada embestida de mi lengua, mojo mi rostro con su excesiva lubricación... Lubricación que se escapa chorreando por sus piernas mientras jadea y por momentos, se le corta la respiración.

—No tengo preservativos, cachorro... — Confieso devoto en él.

—¡Maldita sea Jungkook! Follame ahora —exige entre gruñidos.

Y sin dudarlo, me deshago de las telas que aprisionan mi caliente falo, para hundirme en una certera y profunda estocadal.

—¡Ahh! Sí, así lobito, dame todo lo que tengas... —Escucho cerrando mis ojos mientras venero el momento ante la espera para que se que se adapte a mi tamaño.

—Tu puto aroma me enloquece cachorro... Te voy a follar hasta vaciar mis bolas en ti. —anuncio aún en trance, con mis ojos privados de visión y recargando mi peso contra la pared.

—¿Y, qué esperas? —Pronuncia atrevido mientras mueve sus caderas en una clara invitación a la insania.

Y me pierdo entre certeras y profundas estocadas, extrayendo gloriosos gemidos de mi Omega.

“Mi Omega” Pensamiento que enloquece a mi lobo que clama por salir a flote en cuanto mis gruñidos aumentan a medida que nuestras pieles resuenan.  

Entonces, me apoyo en la pared y rodeo sus hombros con mi brazo, aferrando su espalda a mí pecho y en busca de sus gloriosos labios.

Él, gira su cabeza a mi encuentro. Y los gemidos de uno, son consumidos por los labios del otro.

Jimin se toca incesantemente y cuando aprieta mi dureza con su caliente canal, me percato de su necesidad.

—Córrete para mí... Omega —gruño susurros en su oído mientras libero mi espeso y caliente simeinte en todo su interior.

A LA MIERRR... DEMASIADA CALOR POR ESTOS LADOS😏😈🤣

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