Catorce

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jaxon.

Los brazos de la rubia se enroscaban en mi cuello y de vez en cuando dejaba besos demasiados húmedos para mi gusto.
En una mano yo sostenía un vaso de cerveza y mientras bebía, supervisaba que mi amigo no se pasara de listo con Cassie. ¿Por qué? Porque lo conocía, y la conocía a ella.

Además estaba bebiendo como desenfrenada, perdería la cordura muy pronto.
Entonces así de la nada, ella lo besó y el respondió.
Algo dentro de mí se molestó y lo adjudiqué al alcohol en mi sistema. Pero sabía que eso no era todo, yo estaba enojado y ni siquiera entendía muy bien porqué; sí, mis amigos se estabas liando y quizá debería sentirme tranquilo, Cassie podría lograr su cometido de sexo casual y... Sexo casual... Con Oliver. No, entre mis dos amigos no.

Me levanté de golpe y la rubia solo frunció el ceño confundida.

—¿Quieres ir a una habitación? Oí que hay varias vacías arriba —ofreció con una mirada seductora y hubiera sonado tentador en otros momentos.

—Lo siento, otro día será —solté sin despegar la vista de aquellos que no se despegaban ni un segundo para tomar aire. No escuché sus réplicas y poco me importó, caminé hacia ellos y tomé a mi amigo del cuello para apartarlo.

—¿Jaxon qué...? —Pero su pregunta fue eclipsada por unos débiles brazos golpeando mi pecho, empujándome.

—¿Cassie qué te pasa? —Me hice el tonto pero claramente estaba molesta conmigo.

—No, ¿qué te pasa a ti? ¿por qué te metes? —exclamó.

—Estás borracha, no quiero que se aprovechen de ti —expliqué.

—Yo no haría eso y lo sabes —se metió Oliver que claramente se veía enojado, sabía bien que me jodería por esto mañana.

—Será mejor que nos vayamos —solté de repente y Cassie me miró indignada.

—¡No me voy a ir, no eres mi padre! —Esas palabras me habían dolido un poco, pero en el fondo sabía que tenía razón, no tenía derecho a meterme y sin embargo lo estaba haciendo.

—No quise decir eso, Cass...

—Está bien. Te prometo que esta semana saldremos de nuevo —le dijo Oliver con una sonrisa amable.

—¿Lo prometes?

—Por supuesto —afirmó y dirigió su mirada a mí—. Hablaremos mañana —agregó con seriedad. Ahí está, lo sabía.

Tomé a Cassie de la mano y la conducí fuera de la fiesta hacia mi Mustang. Ella no dijo nada en el camino y yo tampoco quise añadir algo más a su lista de enojo hacia a mí. Y cuando aparqué ella se adelantó a las escaleras, tuve que apresurarme a cerrar y dejar la alarma encendida para seguirle el paso por detrás.
¿Ahora cómo arreglaría este dilema? No planeaba que las cosas acabaran así en la noche por mi culpa.

Me preocupé cuando la ví yendo a su habitación, debía disculparme ahora. La detuve.

—¿Estás molesta? —pregunté y rodó los ojos.

—No, ¿qué te hace pensar eso Heils? —habló sarcástica y reprimí una sonrisa. ¿Porqué carajo me causaba gracia su expresión? Por suerte no se dió cuenta sino ya me iba dando por muerto.

Me volví a hacer el idiota: —Vale, ¿qué te molesta tanto?

—¿Que qué me molesta? ¿Por qué te metiste en un asunto que no te importa? Nos estábamos besando, ¿y qué? —replicó—. Hay algo de alcohol en mi sistema sí, aún así lo besé porque quise y me lo hubiera follado de no ser por tu culpa —escupió. Todo iba tranquilo, hasta que dijo: me lo hubiera follado de no ser por tu culpa. ¿Por qué me incomodaba tanto esa mierda de frase? No, esto no era normal.

—No sé qué me pasó, perdón —me disculpé rascándome la nuca sin saber realmente qué decirle.

—¿Qué no estabas con esa rubia tirándote un polvo? —inquirió alzando una ceja.

—No.., bueno lo intenté, pero-

—Y a mí no me dejaste. Deja de preocuparte tanto por mí —rebatió rodeando mi cuerpo para meterse a su  habitación.

—Cassie yo... no quiero que salgas con Oliver —admití de repente. No entendía muy bien porqué, pero me inquietaba si quiera imaginar a mis dos mejores amigos enrollándose. ¿Y si luego se terminaban odiando como Giovanna y yo? Entonces yo quedaría en medio, como Cassie, y la verdad es que no era muy tolerante en esos temas.

—¿Disculpa? ¿Estás celoso o algo así? —Luego espetó incrédula y entonces mis cavilaciones pararon. ¿Celos? Yo jamás, nunca, en ningún momento había sentido celos a lo largo de mi vida y ahora no entendía ni un carajo. Había sentido envidia en la secundaria cuando uno de mis compañeros había llevado unos tenis Jordan, los mismos que yo había querido desde primer grado; pero algo como celos jamás—. Cuando estaba con Derek y cuando salí con los dos chicos después, no hubo problema, ¿por qué ahora sí? ¿Porque es tu amigo?

—Eso fue antes de que me pidieras un beso —recordé sin pensar y por dentro me di un golpe. Diablos sí sonaba celoso, qué horror. Este no era yo, no era Jaxon Heils.

—Dejamos el tema en el pasado, se supone que la que te lo pedí fui yo y tú te negaste porque somos amigos, ¿y ahora me sales con la mierda de que estás celoso?

—Es confuso —confesé, ni yo me entendía, no la culpaba por no comprenderme tampoco.

—Pues perdóname Jaxon pero vete al carajo, yo puedo salir con quien quiera, así como tú —espetó yendo a su habitación pero cuando estuvo a punto de cerrar la puerta, mi brazo la detuvo, la empujé hacia adentro y cerré detrás de mí. Ahora mi cuerpo reaccionaba antes de comprender por mí mismo lo que estaba ocurriendo.

—Lo lamento Cassie, probablemente mañana me arrepienta mucho de esto, pero justo ahora solo puedo pensar en una cosa —murmuré mirando sus labios rosados, apetecibles, sabor a cereza, me gustaba su labial... Dios, ¿Qué estoy pensando?

No, la pregunta sería más bien, ¿qué haces y porqué te metiste al dormitorio de tu amiga? La misma a la que le dijiste que nunca tendrían nada de sexo.

—¿Qué cosa? —preguntó, nerviosa. Ya no había rastros de enojo por lo menos.

A la mierda lo que yo había dicho, y que me fusilen pero, quería besarla. No le contesté, enredé mi mano en su cabello suave y la empujé hacia mí uniendo nuestros labios. Ella no se apartó como creí que haría, ni me golpeó, sino que me respondió con las mismas ganas que yo. Sentí el dulce sabor a cerezas y sonreí. Lo cierto era que yo no era de los que le daba importancia a los besos, sí era bueno, claro, pero yo siempre iba directo a la cama, lo que me era confuso porque la quería debajo de mí, pero también quería disfrutar besándola por horas, como si mis labios hubieran encontrado un lugar perfecto.

No sé cuánto tiempo pasó hasta que Cassie se apartó un centímetro para susurrar: —¿Estás seguro de esto?

¿Que si lo estaba? Diablos no, era mi amiga, pero a la mierda, si moría mañana, moriría feliz. Aún así fui sincero:—La verdad no, ¿y tú?

—Justo ahora lo estoy, así que cállate y bésame —ordenó y sonreí antes de hacerlo.

¿Sería capaz de tener sexo con mi mejor amiga?

A la mierda el arrepentimiento. Quería descubrir si su cuerpo sería tan dulce como sus labios. Aunque estaba seguro de que así sería.

•••••

Miraba el techo de mi habitación con un nudo en la garganta.
Acababa de tener sexo con Cassie, jamás me había gustado tanto estar con una chica al punto de querer enredar mis piernas con las suyas para dormir con ella abrazándola y sin embargo, eso no lo pude hacer. Me dió miedo, si les era sincero.
Los sentimientos en mí me abrumaron porque sentí que había jodido nuestra amistad de años por calentura y peor si yo empezaba a comportarme como un chico romántico, ese no era yo y Cassie lo sabía, quizá y también se hubiera asustado y hubiese creído que ya me había enamorado o algo así.

Entonces sí que estaríamos jodidos.

Fue sexo, nada del otro mundo, además la idea inicial fue de ella. Todavía son amigos.

Éramos amigos pero ya no se sentía como antes, algo había cambiado entre nosotros.

Trátala normal, como siempre y mañana habla tranquilamente con ella.

Bueno eso era casi casi obligatorio, teníamos que trazar una línea, y poner condiciones qué sé yo, o simplemente acordar dejar esta noche en el pasado y nunca volver a mencionarla.

¿Que si lo quería volver a repetir? Sería hipócrita si dijera que no porque, nunca había experimentado algo así.
Solo rogaba porque las cosas no se pusieran incómodas en la mañana o sino no sabría qué hacer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro