𝕯𝗜𝗔 𝗖𝗨𝗔𝗧𝗥𝗢 ; amarillo amarillo plátano

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

17/09/22: por esta me cancelan

• Sabito profesor x Giyuu alumno
• Hay un leve RenGiyuu
• No es orgullo para mí esto, pero ya que, decía arriba: por esta me cancelan.

Sus pulmones dolían como el infierno y sus piernas parecían querer dejar de funcionar en cualquier momento. -¡Tu puedes! -le anima el mayor de los Kamado mientras lo agarra y lo lleva de la mano, impulsandolo a seguir.

-¡Llegaremos! -gritó con alegría Mitsuri mientras los iba pasando.

-¡No te rindas, Tomioka! -dijo el rubio mientras era jalado por la chica de cabello con distintas tonalidades.

Giyuu logró reactivar de nuevo sus sentidos gracias a la ayuda de sus amigos y llegó a la meta, tirándose en el césped como si fuera su razón de vivir. Y tal vez lo era, las clases de deportes no eran lo suyo, por lo tanto, siempre tenía una nota baja.

-¡Muy bien! La clase termina.

-¿Tan rápido? Nos falta todavía media hora para terminar la clase. -habló Shinobu, era extraño que Sabito dejara tanto tiempo libre.

-No importa, pueden marcharse, tengo una emergencia y no tengo tiempo ¡Adiós! -se despidió con su típica mirada seria y se marchó.

Todos se sentaron a charlar con sus compañeros, mientras que Giyuu se estaba acomodando para poder observar fijamente a sus tres amigos.

-El profesor está raro hoy. -murmuró Mitsuri.

-Todo en Sabito sensei es raro -añadió Agatsuma con una sonrisa-. No es de extrañarse, chicos, debo irme.

-¿Hacia donde te vas? -preguntó el pelirrojo.

-Tengo una cita con una chica muy linda y no es Nezuko-chan. Por mi santísima madre, me tengo que ir, ya es tarde. -Zenitsu sacudió su mano y alejó rápidamente.

-De seguro tiene una cita con Uzui, me contaron que se traen una relación. -Giyuu miró a Mitsuri atentamente.

-Como sea, ambos se gustan. -respondió Tanjiro con despreocupación.

-Tienes razón.

-Mitsuri ¿Podríamos hablar un momento?

Los tres se quedaron observando a Iguro, quién les dedico una mirada de mala muerte a los chicos. Mitsuri sonrió nerviosa y asintió levemente, diciendo un "claro, vamos". De seguro Obanai se le declararía a la chica.

Giyuu y Tanjiro se levantaron del césped y caminaron hacia sus aulas. -¿Y no vas a decir nada del tema? -preguntó derrepente Tanjiro.

-¿Te refieres a "eso"? -Tanjiro asintió con una sonrisa.

«¿Porqué debía sacar eso como tema para conversar ahora?» pensó Giyuu mientras caminaba con nerviosismo.

-No me has explicado bien el tema de Sabito, así que ven y nos tomamos un batido después de clases, yo invito.

Giyuu comenzó a juguetear con sus dedos con nerviosismo bajo la atenta mirada de Kamado, el de cabellos burdeos bebió de su batido y luego masticó bruscamente la dona.

-¿Y? -fue lo único que salió de los labios de Tanjiro después de digerir.

-Me gusta y no se que hacer. -el pelirrojo lo miró fijamente.

-Porque muchas estudiantes desean tenerlo a él, se más seguro de ti mismo. -golpeó su hombro.

-Tanjiro...

El pelirrojo soltó una sonora carcajada. -Vamos, declárate, si se niega aquí tengo pañuelos de sobra. -Giyuu lo miró incrédulo.

-Me gustan tus expectativas. -ambos rieron.

-Pero bueno, Mitsuri se adelantó y me dió una plana llena de las cosas que podrías hacer para conquistar a Sabito, son en total cinco, cada una corresponde a los hechos que sucedan durante cada plan fallido, no obstante, hay una sexta que al parecer no es la más recomendable. Pero si no funcionan los primeros cinco planes, deberás emplearla. -Tanjiro sacó una hoja.

Tomioka se quedó observando el papel, Mitsuri era excelente haciendo predicciones en cuanto al amor ¿Cómo supo que le gustaba Sabito sin siquiera tocar el tema?

Los misterios de la vida...

"Aquí les dejo unos planos para seguir en caso de que Tomioka-san por fin admita sus sentimientos hacia el profesor de deportes, hay cinco planes en total, pero son seis con el de emergencia, que solo deberán usar si Tomioka consta de tan mala suerte.

Los planes están divididos por letras del abecedario, desde A hasta la D, el plan de emergencia está marcado con tinta roja y su título es: 'Código Rojo'. Nombre hecho por mi, así que sigan los consejos que consulté de algunos chicos de la academia.

Con amor: Kanroji Mitsuri."

"Plan A:

Enviar una carta de amor

Detalles: diciendo todo lo que exactamente Tomioka-san siente por Sabito-San, con lujo de detalles, puedes agregar algún pequeño dulce"

Plan A, totalmente fallido, la carta llegó a Sabito pero Giyuu se olvidó de marcar su nombre en el mensaje de amor.

"Plan B:

Enviar una rosa y un pequeño poema.

Detalles: El poema debe tratar sobre el amor que sientes por él y esas cosas románticas"

Plan B, fallido, Sabito es alérgico a las rosas y casi es enviado al hospital. Así que no alcanzó a leer la tarjeta.

"Plan C:

Que no se te ocurra llevar chocolates, Inosuke tiene buen olfato para los muffins y los chocolates, así que el no tardará en devorarlos todos. No obstante, sería bueno que intentas acercarte a él hablando, ya que los otros dos planes no funcionaron.

Detalles: invítale a comer, un café y tengan una charla."

Plan C, fallido, Giyuu no es alguien muy sociable y aunque intentó entablar una conversación con Sabito, fue abruptamente interrumpido por Makomo, una chica que era muy cercana al maestro.

"Plan D:

Si llegaron hasta aquí, es porque estamos en problemas, así que sin más opciones, debes intentar confesar tus sentimientos desde las redes sociales.

Detalles: Cuentan Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp, Messenger, Email o no sé, por un blog de Amino si lo deseas."

Plan D... Mandado a la mierda, Tanjiro y Giyuu buscaron el usuario del maestro pero simplemente no lo encontraron, sin embargo, le preguntaron a algunos si conocían las redes del profesor, pero nadie conocía al menos su nombre de usuario. Más tarde, le preguntó directamente a Sabito con la escusa de una tarea, pero el solo respondió que no solía usar sus redes sociales y que no recordaba su nombre de usuario.

Resumen: Un mierdero en total.

Tomioka miró con curiosidad la acción de Tanjiro, quién estaba leyendo el plan "Codigo Rojo" como dijo Mitsuri, que en vista a la lectura de Tanjiro, afirma que Giyuu probablemente no sea capaz de hacer tales cosas, pero deberá hacerlo.

¿Mitsuri era fujoshi o qué? ¿Qué clase de persona coloca algo tan corrompido? Pensó Tanjiro.

-¿Qué dice? -preguntó Giyuu, la curiosidad lo estaba matando.

-Pues... -Tanjiro soltó un largo suspiro que colocó a Tomioka en alerta.

Un suspiro de esos solo llegaba a significar algo y no muy bueno.

-Dice:

"Si llegaron hasta aquí, es porque el plan de conquista fue todo un desastre, así que a continuación, mostraré este plan, que es algo pervertido pero que más se podría hacer.

Plan 'Codigo Rojo':

Atar a Sabito-san lo suficientemente fuerte para que no se logre deshacer del agarre, luego, declararte y después de eso, puedes besarle o hacer cualquier cosa con el

Detalles: Cuerda de las gruesas podrían ser, por lo tanto, sería al final de clases, Sabito suele quedarse siempre un rato. Tanjiro y yo diremos que estás en mi casa haciendo tareas, así que tómate tu tiempo."

-¡¿Qué?! ¿Acaso Mitsuri quiere que sensei me demande por acoso?

-Bueno, esa es la última opción, tu eres el que decide. -Tanjiro se encogió de hombros- Aquí Mitsuri me entregó una cuerda de las gruesas, dijo que ella se encargaría de tenerlo amarrado para ti. -soltó una risita.

-Dios, dime qué hago... -Giyuu se agarró la cabeza- Si este plan sale mal, les juro que ustedes van a tener que pagar las consecuencias.

Kamado rió fuertemente. -¡Hecho!

Los ojos lavanda se enfocaron en el café con leche que tenía en sus manos, hoy estaba lloviendo como nunca y el frío era inevitable. La chica de ojos azules bebió de su capuchino y luego volvió a observar a Sabito.

-¿Porqué te tardarás tanto? -preguntó Makomo.

-Debo hacer algunas cosas, soy el único que se quedara después de clases, así que estoy solo. -suspiró Sabito, a veces odiaba su trabajo, pero eso era lo que le daba para mantenerse y darle estudio a su hermana menor.

-Está bien, pero cuídate mucho, sabes que hay muchos corrompidos. -ella besó su mejilla y agarró el bolso en sus manos para marcharse.

-Ve y quédate en la casa de Urokodaki-san ¿Okey? Me da miedo dejarte sola en casa. -la chica sonrió y asintió.

-Claro. -y se marchó.

Sabito dió un largo suspiro, sería una tarde muy aburrida para él.

Eran alrededor de las doce y media, ya la mayoría de estudiantes habían evacuado las instalaciones de la institución, incluso ya todos los maestros que impartían clases se habían marcado, solo quedaba Sabito.

Unos golpecitos en la puerta lo interrumpieron, así que después de decir: "pase". La puerta se abrió, dejando al descubierto la cabellera de distintos colores que tenía la joven Kanroji.

-¿Kanroji?

-¡Sensei Sabito-san! Mire, cuando iba pasando me pareció verlo, así que le traje un energizante desde la cafetería para que no se quedara dormido. -Sabito le miró extrañado mientras la chica le daba el envase.

-Gracias... ¿No hay nada más? -ella negó.

-No señor, solo me acordé de usted. -añadió ella con un leve sonrojo.

-Si tú lo dices.

-Sensei, solo quería entregarle esto, así que me voy, porque mi están esperando a fuera.

-Bueno, que te vaya bien. -la chica sonrió y luego salió corriendo.

«Qué mujer tan extraña» dijo en su mente mientras bebía todo el contenido del energizante y volvía a su trabajo, revisando las notas y algunas fallas.

Pasaron unos diez minutos desde que inició a trabajar, hasta que tuvo que detener su labor debido a su vista que se volvía borrosa ¿Tenía sueño? Miró la hora y apenas eran las dos de la tarde, no podía marcharse tan rápido.

Sin embargo, Sabito intentó levantarse para lavar su rostro en el baño, pero inmediatamente se sentó de nuevo, sus párpados ya pesaban y quería caer desmayado allí mismo.

Con el malestar rondando por su cuerpo, agarró fuerzas para levantarse de nuevo, sin embargo, cayó al suelo inmediatamente.

Antes de cerrar sus ojos, vió dos cabelleras, una era rosa/verdosa y la otra rubia. En ese momento, Sabito pidió en silencio que no le pasara nada antes de desmayarse completamente.

Giyuu no podía creer lo que leían sus ojos, tuvo que releer el mensaje una y otra vez hasta asegurarse de que Mitsuri lo había logrado.

Con la ayuda de Zenitsu, el chico de cabellera extravagante, cómo le apodaba Uzui.

-¿Y que esperas? -preguntó Tanjiro mientras le daba una palmadita en la espalda.

-Yo...

-Se que podrás, pero aprovecha, yo ya me voy. Oh, y aquí te dejo estas cinco cervezas que quitan la vergüenza. -Kamado le guiñó el ojo mientras le daba la bolsa llena de la bebida alcohólica.

-No puedo beber esto.

-No digas nada más, Tomioka, eres mi mejor amigo y lo sabes bien, además, ahí va un lubricante, te recomiendo que te prepares por si algo. Ya sabes. -dijo con picardía.

-Como te odio. -susurró el azebache.

-Pero me amas, suerte. -Tanjiro le dió un abrazo y se fue corriendo.

Giyuu asintió con los pelos de punta ¿Violaría de Sabito? Tal vez ¿Espera qué? ¡NO! Jamás violaría a alguien, además, ciertamente sería al contrario.

El chico caminó nervioso hasta el salón de profesores, dónde se suponía que estaría Sabito amarrado. Al abrir la puerta con sumo cuidado y verificar que Sabito estuviese ahí, pasó listo para lo que se venía después y se metió en el baño.

Sabito abrió sus ojos lentamente, sintiendo la poca luz solar entrar por las ventanas, cuando su vista logró enfocar, se dió cuenta que estaba amarrado. Sus manos estaban atadas en la parte trasera de la silla quedando inmovilizado.

¿Cómo saldría de esta?

-Veo que ya despertaste. -la conocida voz de uno de sus alumnos llegó a sus oídos.

-Tomioka, suéltame. -pidió con la voz firme mientras observaba como el chico cerraba la puerta con seguro.

-No lo haré hasta que hablemos lo suficiente. -y caminó hasta su profesor.

-¿Qué me harás?

-Nada malo, solo quería conversar contigo. Y pensar que te tengo a mi disposición ahora mismo...

-¿Qué quieres?

-Sensei, repito, solo quiero hablar contigo y nada más. -Sabito arqueó una ceja, podrían hablar sin ataduras.

-¿Es enserio? Pues sea lo que sea, no me interesa. -el menor se acercó.

-¿No me escucharás? -Sabito negó.

Giyuu se sentó sobre el regazo de Sabito, mientras que el de cabellos salmón comenzaba a entrar en pánico ¿Qué estaba pasando con Tomioka? Giyuu llevó sus manos al rostro de Sabito e hizo que este lo mirara directamente a los ojos.

Ambos se quedaron en silencio mientras se miraban, Sabito pudo oler los rastros de cerveza en el aliento de Giyuu ¿Había tomado cerveza? Pues tenía razón, este no es el Tomioka que conoce, un chico tímido y poco sociable...

No, ese definitivamente era otra persona menos ese azebache amargado, directo y aburrido.

-Me gustas. -fue lo único que salió de
los labios del menor.

-¿Qué? -articuló confundido.

-Dije que me gustas, lo intenté todo, cartas, charlas, detalles, pero no funcionó. Así que no tuve más opción que tenerte así. -Giyuu acercó su rostro hacia la boca de su maestro.

-Tomioka ¿Que crees que haces? Soy tu profesor. -Giyuu no le colocó atención y llevó sus labios hacia los de Sabito, no obstante, Sabito no abrió la boca en ningún instante, aunque Giyuu le incitaba acariciando sus labios con la lengua.

El mayor logró separase de la boca de Giyuu y lo miró enojado. -No te voy a besar, y tampoco podré corresponder a tus sentimientos. -el pelinegro soltó una carcajada.

-Es una lástima, pareces un pequeño gatito asustado -burló-. Creo que no entendiste, me besarás quieras o no. -Tomioka sacó un pedazo de cinta y lo colocó con sumo cuidado bajo la nariz de Sabito, tapando sus fosas nasales.

Luego, volvió a chocar sus labios con los de su sensei.

Él no quería hacerlo, pero si no abría su boca, muy pronto moriría por falta de oxígeno y no podría cargar con la idea de dejar a Makomo sola. No tenía opciones, debía complacer a ese chico, así tal vez, solo tal vez pueda regresar a casa y ver la hermosa sonrisa de su hermanita.

Sabito abrió su boca y comenzó a corresponder al beso de Giyuu, quién parecía tocar las estrellas.

El azebache era bastante bueno para besar, y en realidad tiene de dónde saber.

Sus bocas se fusionaron en una sola y sus lenguas se acariciaban con desenfreno. Giyuu quitó la cinta de Sabito rápidamente mientras continuaban apoderándose de la boca del otro; ambos se fueron separando de a poco por la falta de aire, dejando un hilito de saliva entre sus bocas.

El ojilila miró el rostro sonrojado de su alumno, se sentía extraño, pero aún así no podía negar que estaba en el mismo paraíso.

Tenía una boca deliciosa.

¿Espera, qué?

-No me importa si eres mi maestro o no, sensei. Me gustas mucho. -y tal como si fueran imanes, sus bocas volvieron a unirse en un apasionado beso.

¿Qué estaba haciendo? ¿Besar a sus alumnos era un delito? En ese momento no lo era, estaba disfrutando de la cálida boca de Giyuu mientras este se sonrojaba cada vez más.

Cuando se separaron, Sabito pasó la lengua por sus labios, saboreando el sabor a cerveza que dejó Giyuu en su boca.

Luego el azebache pasó a un nivel más alto, comenzando a tocar el cuerpo de su sensei. -¿Qué crees que haces? -preguntó el mayor.

-Shhh -Giyuu posó su dedo índice en los labios contrarios-. Solo disfruta y no digas nada, o tendré que colocarte una cinta de nuevo.

Sabito se quedó en silencio observando a su estudiante, mientras este se deleitaba con el caliente cuerpo de su profesor. Sus pequeñas manos tocaban el torso através de la playera blanca que llevaba Sabito con esa molesta chaqueta también de color blanco.

Los dedos del menor siguieron tocando por todas partes hasta llegar al abdomen, que a pesar de estar cubierto con tela blanca, se lograba visualizar lo bien tonificado que estaba.

Giyuu se levantó y se acomodó entre las piernas de Sabito, esta vez haría algo mucho más elevado.

-¿Tomioka?

El chico hizo oídos sordos hacia su superior y levantó un poco su camiseta, lo suficiente para poder acariciar su piel. El azebache besó el pecho de Sabito y luego comenzó a pasar su lengua hasta llegar a su ombligo, dónde la introdujo y comenzó a hacer círculos.

Sabito se sonrojó ligeramente, nunca había visto esa faceta de Tomioka, y ver lo pervertido que puede llegar a ser estando ebrio o sobrio, lo hace sentir privilegiado.

-¿En qué piensas, pervertido? -le preguntó el menor, Sabito lo miró y le regaló una sonrisa lasciva mientras movía sus caderas hacia arriba para que Tomioka sintiera lo que tenía allí abajo.

Inmediatamente, Giyuu llevó su mano descaradamente hacia el bulto que había en la sudadera de su profesor y dió algunos masajes placenteros en su entrepierna mientras escuchaba los masculinos gemidos de Sabito.

No pasaron ni dos minutos cuando Giyuu ya estaba bajando un poco la sudadera de Sabito y metía el miembro de este en su boca.

El azebache no era muy experto que digamos en hacer orales, no obstante, cuando fue novio del hijo mayor de los Rengoku, aprendió mucho sobre su sexualidad y de cómo complacer a su pareja, y sí, Kyojuro fue su primera vez.

Sabito juraba tocar la luna ante el placer que le daba Giyuu, hace tiempo que no estaba con alguien desde la ves que su novia le terminó. El de cabellos melocotón se corrió en la boca de Giyuu, quién complacido, tragó todo el espeso líquido blanquecino mientras estaba bajo la mirada violeta de su sensei.

El mayor se movió incómodo en su silla, necesitaba moverse y atrapar a Giyuu entre sus manos lo más rápido posible, no obstante, no dijo nada, esperaría hasta que su alumno decidiera soltarlo.

El azebache se levantó de su posición y se volvió a sentar sobre Sabito, agarrando un par de tijeras y llevando sus manos hacia las manos amarradas del ojilavanda. Con cuidado retiro la cuerda sin cortarse, ya que no estaba mirando que cortaba, luego volvió a besar sin pudor a Sabito, quién apenas sintió sus manos sueltas, agarró las caderas de Giyuu para atraerlo más hacia él mientras se besaban desenfrenadamente.

Sabito se levantó, sin separarse de los labios del azebache, y tiró todo lo que había en la mesa para acostar a Giyuu en ella. Los dos se separaron lentamente mientras se iban despojando de sus ropas.

Al quedar solo en boxers, Sabito se los quitó de un tirón a Giyuu y se levantó para observarlo de arriba abajo mientras el chico se sonrojaba fuertemente.

-Eres muy lindo. -susurró Sabito y llevó sus dedos hasta los pezones de Giyuu.

-¿Q..Qué haces? -preguntó nervioso el azebache.

Sabito acarició lentamente esa zona, mientras hacía círculos con sus dedos y veía la cara de satisfacción de Giyuu. Poco a poco fue aumentando la velocidad y de vez en cuando pellizcaba un poco.

Más tarde, bajó sus dedos sintiendo la tersa piel blanca del chico de cabellos negros, cada parte era tan perfecta. Aunque Giyuu tuviese una complexión delgada, eso no le quitaba lo bello que podía llegar a ser.

-Perfecto, eso es lo que eres. -añadió Sabito y se agachó para besar a Giyuu mientras recorría con sus manos el cuerpo de este.

-¿No crees que ya es hora?... -murmuró Giyuu entre sus labios.

El mayor lo miró con una sonrisa socarrona y se quitó su ropa interior quedando completamente desnudo. Giyuu lo miró sonrojado, era grande, pero no podía evitar que se le hiciera agua la boca.

-¿Estás seguro de esto? -cuestionó Sabito, que aún que se moría por estar dentro del interior de su estudiante, le daría la última palabra a él.

Sin embargo, sintió un alivio cuando Giyuu asintió, ambos necesitaban de aquel contacto íntimo, ya que con sus manos no podrían satisfacer aquél deseo.

Sabito entró lentamente, esperando a que el interior de Giyuu se fuera adaptando de a poco a su tamaño, cuando ya el dolor pasó, Giyuu movió sus caderas hacia arriba, dando inicio a un fuerte choque de pelvis que sonó por todo el salón.

Los gemidos de placer no se tardaron en escuchar por parte de los dos, afortunadamente Giyuu ya se había lubricado antes, así que no tuvieron difícultad para meterlo.

Giyuu se aferró a la espalda de su sensei, enterrando sus uñas en ella, cosa que puso a mil a Sabito e hizo que se moviera más rápido, buscando más de su estudiante, ahora preferido, devorándose sin ningún pudor en las instalaciones de la escuela; cuando terminaron, Sabito llevó a Giyuu hasta las bañeras que habían en la secundaria y se ducharon allí mientras se dedicaban una que otra mirada y manoseos.

Cuando ya estuvieron listos, Sabito arregló el desastre que dejó sobre su mesa y se encargó de no dejar ningúna prueba de que había tenido sexo con su alumno.

Ambos caminaron hacia el estacionamiento y se sentaron en el auto. -No creí que tardaríamos tanto, son las cinco de la tarde ya y debo desvelarme hasta terminar mi trabajo. -habló Sabito mientras miraba su reloj.

-¿Pero valió la pena? -el de cabellos melocotón miró a Giyuu con una sonrisa socarrona mientras acercaba su rostro al ajeno.

-Claro que sí. -besó sus labios suavemente y llevó sus manos a la cintura de Giyuu- ¿Te llevo a casa?

El chico sonrió. -¿Después de dejarme adolorido? Sería el colmo si no lo hicieras. -ambos rieron.

-Como quieras.

Porque también el efecto de la cerveza se había marcado hace un buen rato.

-¿Y cómo te fue? -preguntó Mitsuri sonriendo mientras estiraba sus piernas.

-De maravilla. -dijo el azebache haciendo lo mismo que la chica.

-Admitelo ese hombre te tiene en las nubes. -mencionó Zenitsu.

-Pero está claro que sensei se ve más relajado últimamente y está de mejor humor. -todos concordaron con Kamado.

-Tan solo mírale la cara, Giyuu. -el ojiazul volteó su rostro hacia Sabito y observó como este lo miraba de reojo. Al darse cuenta, Sabito lamió sus labios disimuladamente y luego sonrió.

Y eso solo significaba algo después de clases.

-Ojalá y no se entere el consejo estudiantil. -bufó Agatsuma.

-¡Ya cállate idiota! O si no le diré a Uzui tu secreto. -amenazó Mitsuri.

-¡NO!

Y siguieron discutiendo como siempre, mientras que Tanjiro solo le sonreía a Giyuu.

El efecto de la cerveza ya no quitaba la vergüenza, porque para Giyuu, su sensei Sabito, era la persona que lo embriagaba de tanto placer y de su personalidad.

Palabras:3815
OIGAN USTEDES, si leyeron esto, odio este día y el nueve JAKSKASK SU CONTINUACIÓN POR SI NO SABÍAN. Les digo, no es un orgullo para mí esto, pero meh, los qm.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro