El frío seguía afuera, aún había tormenta de nieve y casi toda ella cubría la pequeña cabaña. Los pinos cubiertos de nieve y el gran lago casi congelado. Era una hermosa vista para ver, pero aparte de eso había dos personas que se abrazaban con mucho amor. El rubio se removió sintiendo unos besos en su espada, haciendo que Jimin se removiera un poco de su lado de la cama, ambos estaban abrazados haciendo cucharita. Pero los besos bajaron aún más por la espalda del rubio haciendo que suspirara con los ojos cerrados.

Se sentía tan bien aquellos besos que cuando sintió el pene de su novio entrar en su culo, abrió los ojos de par en par gimiendo ante el acto.

—Mmmm Jungkookie, no tuviste suficiente ayer. —sintió la primera embestía haciéndolo morder sus labios.

No pararon en toda la noche después de unas horas de sueño y la siguiente, aún así sentían que no era suficiente.

—Contigo nunca obtengo suficiente cariño, te amo Minnie —Le susurro en su oído mordiendo el lóbulo de esta.

En un dos por tres volteó al rubio boca abajo alzando sus caderas mientras penetraba su culo con fuerza y sed de sentirlo tan dentro. Jimin aferró sus manos en la cama y su boca entre abierta soltando gemidos que para los oídos del pelinegro eran la música perfecta, una orquesta hermosa que solo lo calentaba más.

Sostuvo con fuerza la cintura del rubio dándole más fuerte, escuchando el chapoteo de su pelvis con sus nalgas rojizas, besó su espalda dejando chupones en ella. Las embestidas eran más, haciendo al Jimin delirar del placer.

La cama rechinaba, ya se había roto la pata de esta y pusieron un par de libros para sustituirla. Después la compondrían, la rompieron por la fuerza ejercida de sus noches pasionales, pero ninguno pensaba ceder con sus lujuriosas noches y mañanas y tardes.

Así de intensos eran ambos.

Jimin sintió que no podía más, Jeon tocaba ese punto que lo hacían gritar y gemir por lo rico que se sentía, se vino manchando la sábana y Jungkook dio unas estocadas más cuando liberó toda su esencia dentro de su novio. Sus respiraciones eran erráticas, se dejaron caer en la cama muy cansados. Habían pasado toda la noche haciendo el amor como alfa y omega en celo, y no sola esa noche sino también el día después.

Para resumirlo dos días enteros.

Hoy era el último día de la tormenta de nieve y ambos se la pasaron increíble, Jimin jamás creyó que al fin se entregaría a alguien después de tantos años solo. No creía en el amor y solo trabajaba para pagar las deudas, pero ahora tener a Jungkook a su lado era lo mejor que podría haberle pasado, no quería perderlo jamás, no podría resistirlo, él lo amaba mucho y llenaba su pecho con esa calidez que jamás llegó a pensar que sentiría.

Se dio la vuelta quedando frente a frente con su novio, este tomó su rostro para besar sus labios, besarlos con ternura y pasión. Se abrazaron uno con él otro robándose besos diciendo los Te amo que amaban escuchar cada mañana.

Jungkook se sentía tan afortunado de tener a alguien como Jaemin en su vida, después de su doloroso pasado con aquella mujer y la traición de su tío, jamás se llegó a replantar que estaría así de esta forma donde le decía te amo a alguien que sería su futuro esposo y es que todo era tan maravilloso.

Tuvieron el suficiente tiempo para contarles cosas que les gustaba el uno del otro, y así saber un poco más sobre ellos. Eran cosas que los hacía sentir afortunados a ambos, saber más de sus propias vidas era un buen comienzo a su relación y futuro matrimonio.

Nunca le creyó a su hermano Namjoon cuando le dijo que su padre le organizó un matrimonio forzado, no le creyó cuando le dijo que en menos del mes se enamoró de Seokjin. Y ahora aquí estaba él muy enamorado de Min Jaemin. ¡Era una puta locura! Aprecio su bonita carita regordeta, con esos labios pomposos y sus ojitos verdes que cuando reía se escondían en un par de líneas perfectas.

Tan lindo y perfecto.

Lo amaba y estaría dispuesto a todo por él, incluso pensaba ya en formar una familia con él cuando el mes terminara y ambos regresarán a sus vidas normales. Aunque con Jaemin con un hermoso anillo de compromiso, y planea comprar una casa y todo lo demás.

Tenía planes, los tenía ya muy organizados en su cabeza. Solo faltaría cumplirlos.

Jimin acarició la mejilla de Jungkook sacándolo de sus pensamientos.

—¿Qué tanto piensas amor? —Le pregunta.

—Mmm no lo sé, en nuestro futuro tal vez —Besó su nariz de botoncito, mirando esos ojitos verdes que amaba.

—¿Nuestro futuro?

—Sí —Se acomodo mejor abrazando a rubio entre su pecho, subiendo las piernas del rubio hacia su cintura, acariciándola de arriba a abajo con sus dedos— Después de que termine este mes ambos volveremos a nuestra vida normal por así decirlo, pero después nuestros padres querrán que le digamos a la prensa sobre nuestro compromiso y esas cosas —Jimin sabía por dónde iba la cosa, él sabía que no podría darle ese futuro a Jungkook a su lado y menos esos momentos tan especiales que pasaron entre ellos. Le dolía el pecho y el corazón solo pensarlo que jamás él sería esa persona con quien él se casara— Quiero ponerte un lindo anillo de compromiso en tu dedo anular y que sepan todos que eres solo mío.

Terminó de decir Jungkook, Jimin le regaló una sonrisa algo triste, que no llegó a los ojos de Jeon.

—Yo también quiero lo mismo, quiero casarme contigo y decirles a todos que eres mío también —Beso su mejilla mirando la dulce sonrisa de su Jungkook con esos dientes de conejito que lo volvían loco de ternura— Quiero que seas mi esposo porque no tengo dudas de que te amo tanto, es una locura, pero lo hago. Y créeme cuando te digo que te amo Jungkook.

Jimin sintió necesario recalcar esto, ya que el corazón le dolía y en cualquier momento lloraría. No podía con esto, no quería perderlo, pero si él se entera de esta mentira de que no es Min Jaemin, estaba más que seguro que Jungkook lo odiaría y todo se iría a la mierda.

—Eres el primer hombre en tocarme y el primero al que le entregó mi corazón, quiero que te quede claro eso porque jamás me sentí así por alguien y que ahora esté completamente enamorado de ti me hace sentir todas esas mariposas en mi estómago que me hacen feliz. Siento que todo es un sueño y que en cualquier momento voy a despertar y ya no estarás. —Jungkook negó limpiando las lágrimas que empezaba a derramar Jaemin.

—Amor claro que lo sé y lo siento, también te amo nene y no quiero perderte. Es loco y sumamente loco, en serio quiero pasar mi vida junto a ti — tomó sus manitas regordetas besando sus nudillos— Eres increíble amor, jamás pienses que dejaré de quererte o incluso que te dejaré por alguien más porque jamás pasará —Le asegura, pero Jimin estaba seguro de que al final lo terminaría haciendo.

Lo odiaría por el resto de su vida. Estaba seguro.

—Perdóname Jungkook —Le dijo y Jungkook lo miró totalmente confuso.

—¿Por qué amor?

—Solo perdóname Jungkook —miró el rostro de Jungkook en súplica, no era normal el dolor que sentía el pecho y el corazón.

No quería perderlo, pero era inevitable no hacerlo.

Jungkook no entendía nada, Jaemin le pedía disculpas, pero no sabía el porqué. Aún así asintió robándole un beso.

—Te perdonó mi amor, sea lo que sea te perdono —Le aseguro.

Jimin no dijo nada más y con cada lágrima derramada que salía de sus mejillas, se abrazó más al mayor dejándole varios besitos en su cuello. Se quedaron así durante la mañana mientras sus cuerpos se volvían a unir en uno solo, se entregaron en cuerpo y alma hundidos en su propio mundo.

Únicamente un pequeño detalle se les pasó a ambos y era que cierto rubio, olvidó tomarse ciertas pastillas.

El amor dolía y más cuando había mentiras de por medio.

Duele, quema y lastima.