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OO4 | SIGNIFICADOS

      Un suspiro helado se escapó de sus labios, su vista se centró en la figura del vampiro aprendiendo a cazar con el arco.

Ambos chicos se encontraban a las orillas de un río, practicando a darle a un blanco en movimiento.

Misuk debía admitir que su hermano era un buen maestro si su estudiante era un vampiro que podía leer las mentes. O solo quizá el azabache no tenía paciencia alguna cuando le enseñaba a ella.

De todos modos, los dos se estaban divirtiendo y eso le alegraba.

No tardó mucho para escuchar a su padre llamándola, obligando a qué dejará de espiarlos. Muy a su pesar se levantó de su lugar y se marchó en silencio.

Liam sonrió cuando el vampiro lo hizo ante su elogio, pues había atravesado tres pescados con la flecha. Dándole gracia que casi su pecho se hinchaba de orgullo.

—Eres rápido aprendiendo.

—El mérito se lo llevan mis habilidades sobrenaturales, pero tú también eres buen maestro.

—Práctica y muy fácil cuando no tienes a una loca perfeccionista respirandote en la nuca —rodo los ojos al recordar a su alfa enseñándole a cazar—. Pero viviendo este estilo tan alejada de la civilización actual es como nosotros nos conectamos y recordamos a nuestros ancestros.

Edward miró el semblante tranquilo de su acompañante, el cambiaformas tenía sus orbes olivo en el agua que fluía con el río.

—¿No siempre llevan está vida?

—Nos mudamos a menudo de lugar —sonrio—. Cada dos años, por seis meses. Dejamos la vida civil atrás y nos unimos con nuestro lado espiritual, aunque otras manadas no lo vean como algo especial. Lo llamamos ritual Qamar o simplemente Qamar.

El vampiro asintió, sintiendo más curiosidad sobre la cultura de Liam. Preguntándose si los lobos de la reservación de Forks también tenían este tipo de rituales, aunque probablemente no, pues nunca los vio hacer ese tipo de cosas o siquiera alejarse más allá de los límites del pueblo.

Observó a Liam tomar asiento mientras remojaba sus pies descalzos, imitandolo.

—¿Qamar tiene algún significado?

—Luna llena —respondió sin problemas, realmente no le importaba revelar ciertas cosas a desconocidos mientras sean cercanos como él lo era ahora. Sentía que así su tribu no quedaría en el olvido si al menos una persona ajena a la manada sabía de ellos—. Nuestra lengua antigua se perdió, pero logramos mantener algunas palabras que usamos cotidianamente.

—Tienen a su madre Luna muy presente.

—Si, así como los humanos usan a Dios. Nosotros tenemos a la luna madre, la que nos creo en este mundo y nos dió ciertos privilegios —rio un poco—. Aún eres un Mani, al igual que Misuk. Así que mi padre y Konan les explicarán más adelante todo.

—¿Maní?

—No, Mani.

—Mani.

Mani.

Mani —su sonrisa se hizo aún más grande al ver cómo Liam disfrutaba de su mala pronunciación.

Por esa razón el impulso fue más rápido que su razonamiento al momento de que su mano se estiró para acariciar los cabellos azabaches de Liam, quién lo miro con confusión.

Edward leyó como pudo cualquier tipo de pensamiento que pudiera ayudarle a dar una explicación ante su atrevido movimiento.

—Tienes una hoja —atinó a decir, al mismo tiempo en que una fuerte carcajada resonó desde la copa de un árbol cercano a ellos.

Supuso que se trataba de la alfa o de Sasha que se encontraba vigilando o cazando.

—Oh, gracias —asintió, incorporandose rápidamente—, Misuk y mi papá deben de tener lista la fogata para la caza de hoy. ¿A quién le darás tus presas está vez? —cuestiono, levantando el arco y las flechas que no fueron usadas. Edward desvío sus ojos dorados hacia la canasta dónde los pescados se habían guardado.

—No lo sé —fingió pensarlo antes de continuar—. Tal vez a mi Aibek.

Los ojos de Liam se abrieron con sorpresa, todavía no le enseñaba al Cullen esa palabra y aún así supo usarla correctamente.

—¿Quién...

—Tengo mis trucos —respondio antes de que pudiera terminar la pregunta, señalando su cabeza con el pulgar.

—Tu —el cambiaformas se sintió ofendido al darse cuenta que su acompañante había usado su don de leer las mentes—. Mani tramposo.

Edward se sintió con más libertad de acariciar la cabeza del pelinegro, revolviendo su cabello y avanzando sin esperarlo. Liam rodó los ojos con una sonrisa yendo detrás de él.







   —¿Alguna noticia?

Seung, el padre de Liam, se acercó a su alfa mientras está se hallaba de cuclillas observando el acantilado frente a ellos.

—Konan se comunicó con el Aibek más cercano, tomando en cuenta que aún nos quedan tres meses antes de terminar el Qamar —sus ojos se movieron por todo el paisaje—. Alaska puede ser nuestra próxima parada.

—¿Alaska? —el mayor se cruzó de brazos—. ¿No es ahí a dónde se dirige el chico?

—Si —sonrió—. Son buenas noticias, tus hijos parecen contentos con él.

Seung negó, alejándose del lugar.

—Pero un vampiro no soportará estar rodeado de lobos por mucho tiempo —se detuvo, alzando la mirada hacia la luna creciente que adornaba el cielo nocturno—. Entre más rápido lleguemos a nuestro destino, más rápido cortaremos lazos con él.

—Sabes que el Qaman no puede ser atrasado ni adelantado, Seung.

El susodicho estaba listo para refutar pero en cuanto se dió la vuelta, June ya se encontraba frente a él.

—Bien.

La alfa suspiró, empujando levemente al contrario antes de caminar hacia algún otro lugar. Entendía la preocupación de su beta, una adolescente inexperta podía dejar su huella en el inmortal por error y eso era un problema para ambas partes involucradas.

Pero Misuk no era de quién deberían preocuparse, aunque hacerlo por Liam sería imposible... ¿o no?

De pronto, unas risas llamaron su atención. Liam y Edward se encontraban conversando frente al fuego danzante, los ojos de su compañero parecían brillar aún más gracias a la fogata ante cada palabra que el otro soltaba.

Parecían dos viejos amigos que se habían reencontrado después de muchos años y solo se estaban poniendo al corriente. Pero su ceño se frunció al ver al vampiro acariciar la cabeza de Liam, lo cual no era nada raro, si no fuera por qué en su rostro se podía notar un leve tono rojo pintando sus mejillas.

Quizá la preocupación de su beta estaba justificada.

Liam no podía imprimarse en un inmortal, nadie lo permitiría.

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