OO9. TE AMO

   Bella jugó con sus manos posadas en su regazo, no se atrevía a levantar la mirada para encarar a los chicos frente a ella. Solo quería tener a Ian a su lado para estar tranquila, sí, eso era todo lo que necesitaba.

Después de ser salvada por la manada de aquel vampiro moreno, Jacob había iniciado una pelea con Ian.

El lobo de pelaje rojizo dio un zarpazo en su dirección, y si no fuera por los reflejos inhumanos del albino, la fémina hubiera sido alcanzada por él.

—Así que, Bella —uno de ellos se desparramó en una de las sillas del comedor—. Pasaste de ser la chica del vampiro a la chica del lobo.

Ahora todos, a excepción de Ian y Jacob, se encontraban en la casa de Emily. A la espera de que ambos chicos terminarán con su discusión y poniendo a salvo a la impronta.

—Jamás fui la chica del vampiro —contestó, con la cabeza aún gacha—. Solo fui una mascota, ya saben...

—Basta Embry —Sam entró a la casa y pasó de largo hasta llegar a su prometida, quién apenas había dejado sobre la mesa algunos bocadillos—. Si no quieres que Ian te arranque la cabeza.

—Apuesto 10 a qué Jacob no le toca ni un pelo —Jared tomó asiento y estiró la mano en busca de los panecillos—. Casi lástima a una impronta, e Ian es más fuerte que todos. Estuvo a punto de someter a nuestro alfa.

—Cierra la boca idiota —Paul le dio un golpe en la nuca antes de imitarlo y sentarse en una silla.

—¿Impronta? —se animó a preguntar la fémina castaña.

—Ian aún no te habla sobre eso —Sam rio al saber, por los pensamientos del chico, que él era el culpable de eso—. Pronto lo sabrás.

En ese momento, ambos chicos aparecieron, el castaño no tardó en entrar a la casa y acercarse a Bella, dejando al Black más atrás.

—¿Estás bien? —la de orbes chocolates se incorporó de inmediato al verlo frente a ella.

—Ahora lo estoy —sonrió.

—¡Hombre! —la pareja volteó a ver a Embry—. Te dieron una paliza —comentó con burla al ver algunos moretones en su rostro.

—Cállate —Jacob se dejó caer en la silla, dándole la espalda a ambos castaños.

Ian lo ignoró, tomando la mano de la fémina y saliendo de la casa.

—Necesitamos hablar —dijo al ver la duda en el rostro de ella—. Y no sé por dónde empezar.

—¿Qué es una impronta? —ambos dejaron de caminar al estar lo suficientemente alejados de los demás—. ¿Es algo que puedo saber?

—Sí —pasó su mano por su cuello algo inquieto de no saber cómo reaccionaría ante todo lo que estaba por decirle—. La imprimación con alguien es como...cuando la ves, todo cambia en ti. De repente ya no es la gravedad que te sujeta al planeta, sino ella. Nada más importa, harías cualquier cosa, serías cualquier cosa que ella necesitará.

—Parece que sabes lo que se siente —el contrario apartó la mirada y eso solo hizo que el corazón, ya reparado de ella, doliera—. ¿Te has...imprimado de alguien? —cuestionó, con miedo a la respuesta.

—Sí.

—¿Quién?

—Tú —Bella sintió de nuevo como su alocado corazón, se aceleraba dentro de su pecho.

—Yo… —tambaleó en su lugar, haciendo que Ian la mirará preocupada.

—No se puede deshacer si lo preguntas —suspiró, a lo que Bella lo miró—. Tu...aún sigues amando al Culle, ¿Cierto?

—¿Qué?

—Puedo ser lo que tú quieras que sea. No necesariamente significa que estás atada a mí sin la oportunidad de amar a alguien más —trató de explicar—. Yo quería a Leah, pero, ella no me importa como lo hacía antes de conocerte. Te pertenezco ahora, pero también me pertenezco a mí mismo, ¿Entiendes eso?

—Lo entiendo, pero yo… —se acercó más a él, con sus ojos oscuros cristalinos por las lágrimas que amenazaban por salir—. Te amo a ti.

—Bella —su nombre se escapó de sus labios antes de ser sellados por otros.

No tardó en corresponder el beso, envolviendo a la chica entre sus cálidos brazos al igual que los de ella que se posaban en el cuello de él.

—No quiero que te sientas obligada a… —fue nuevamente interrumpido por un beso fugaz.

—Mi corazón sanó gracias a ti, pero no por que fueras un buen amigo...sino porque tú entraste en el, haciendo que poco a poco me enamorará de ti.

—Si no fuera por la imprimación, yo también lo hubiera hecho lentamente mientras me aseguraba de que Leah fuera feliz aún si no era yo el indicado —Colocó con delicadeza un mechón rebelde detrás de su oreja, acunando su rostro entre sus manos—. Pero aún así, te hubiera amado como hoy en el futuro, ¿Estarías bien con eso?

—Por supuesto —Bella sonrió, con ambas manos en el pecho del contrario—. Siempre y cuando tu estuvieras dispuesto a reparar de nuevo este corazón.

—Lo haría un millón de veces, pero cada vez, me aseguraría de reforzarlo para protegerlo más.

Él se inclinó al mismo tiempo en que ella se apoyaba de sus puntillas para alcanzarlo. Uniéndose de nuevo en un cálido beso.

—Aún tenemos un problema, linda —dijo al separarse.

—Tenemos dos problemas… —comentó, secándose las lágrimas.

—¿De qué hablas?

—Victoria, una vampiresa, busca matarme.

—Y yo no dejaré que te ponga ningún dedo encima —entrelazó sus manos y se dirigieron de regreso a la casa de Emily—. Eres una impronta, así que ellos tampoco lo permitirán —aseguró sonriéndole.